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Capítulo 2: Sólo cité personas famosas
Tan pronto como Liu Weiyi escuchó la orden del emperador, estaba a punto de obedecer, cuando una voz suave interrumpió.
—Su Majestad, observe lo que dice aquí, creo que esto podría interesarle…
El hombre que hablaba y acompañaba al emperador Li Jinglong era Lan Xi, el eunuco imperial [1] a cargo de la Oficina de Asistentes del Palacio[2]. Provenía Fujian, pero a la edad de quince años emigró a la capital junto con otros refugiados. Al llegar, no tenía comida ni ropa, por lo que no tuvo otra opción que convertirse en un servidor del palacio.
Como nativo de Fujian, tenía un fuerte y un gran sentido comunitario. Aun si se vio involucrado en algunos sobornos y actos corruptos para ganar dinero, cada año estaba dispuesto a financiar su tierra natal. Incluso construyó un santuario para ayudar a los necesitados, así que muchos estaban agradecidos con él.
Por esa razón, al escuchar que hablaban de un estudiante de Fujian, se sintió un poco más predispuesto a interferir. Al leer el nombre de Su Yan, cuyo nombre de cortesía era Qinghe, de inmediato pudo recordar algo: Su Qinghe. Mm, me parece familiar... ¿No es el único hijo del magistrado de Fuzhou, Su Keren? Ahora que lo recuerdo, nuestras familias tienen una buena relación. Además, somos de la misma ciudad. Lo menos que podría hacer es ayudarlo.
El emperador Li Jinglong solía ser indulgente hacia el eunuco Lan Xi y depositaba una gran confianza en él. Así que al escuchar sus palabras, tomó de nuevo el papel y se dio cuenta de que el escrito en realidad era honesto y atrayente, acompañado por una fina a caligrafía. Si uno leía entre líneas, podía encontrar un significado filosófico que llamaba por una acción del pueblo.
—Ya veo —dijo y asintió—. En especial, este párrafo: "En todo el territorio de los ríos y las montañas hay talentos por surgir, cada uno lidera el camino de la grandeza literaria* en el provenir"[3] . Nada mal.
—Sé que las nubes pueden convertirse en lluvia sin ir al cielo, solo que al tocarlo se transforma en acuoso ungüento dulce[4]. Estas líneas tienen un profundo significado, ya que utilizan los objetos como metáfora de la razón. Bueno, este hombre tiene algo de talento, pero es demasiado despreocupado y temerario. No sigue las reglas, así que me temo que no sea alguien responsable.
Si tan solo el emperador Li Jinglong supiera que lo único que apreciaba del escrito de Su Yan era lo que citó de personajes ilustres...
Cuando Lan Xi escuchó esto, decidió aprovechar la situación.
—Su Majestad, aunque este sirviente no es un experto culto, escuché rumores de de que Su Yan es un prodigio. A la edad de seis años recitaba poemas, a los siete fue capaz de memorizar los Cuatro Libros y los Cinco Clásicos y a los diez podía escribir hermosos ensayos a la edad de diez. En ese caso, ¿cómo sería posible que ni siquiera conozca el formato en ocho partes? Hay que tomar en cuenta que al ser un joven talentoso, lo más probable es que estuviera preocupado por no ser reconocido entre tantos eruditos, por lo que tuvo la idea de usar un método poco convencional para atraer la atención de Su Majestad. Aunque no haya sido apropiado, no creo que sea aconsejable anular su examen. Todavía es demasiado joven y despreocupado, pero sería una pena perder un buen candidato.
Las palabras del eunuco Lan sobre lo “prodigioso” que era Su Yan no era mentira, ya que en Fujian era conocido por su talento. Sin embargo, aunque en el exterior luciera como el mismo Su Yan, el alma en su interior había sido reemplazada por alguien más.
El emperador Li Jinglong reflexionó unos momentos y sintió que había algo de verdad en ello.
—Es inevitable que los jóvenes actúen sin pensar— asintió—. Suelen ser despreocupados e imprudentes, sobre todo si son dependientes de sus talentos. Necesitan mejorar como persona antes de asumir una responsabilidad mayor.
—Sabias palabras, Su Majestad. Usted sí sabe reconocer el talento de las personas.
—Entonces, por el momento, será aceptado como un académico. Pero voy a probarlo personalmente durante el examen en el palacio para ver si es digno de su reputación–El emperador Li Jinglong sacudió el manuscrito y se levantó–. Regresaré palacio para echar un vistazo al príncipe heredero, así que dejaré que ustedes, funcionarios, se encarguen de esto. No permitan que este asunto los retrase.
Lan Xi lo siguió, no sin antes enviar a Liu Weiyi una mirada de triunfo al salir.
El maestro Liu estaba furioso.
¡Ya basta, no puedo soportarlo más! ¡Este eunuco merece ser asesinado por embustero!
¿Qué fue eso de "hay que tomar en cuenta que al ser un joven talentoso, lo más probable es que estuviera preocupado por no ser reconocido entre tantos eruditos"? ¡Ja! ¡Está más que claro que quiere acusarnos a los de la academia Hanlin por ser incapaces de juzgar y reconocer el talento! ¡No es más que un hombre sin escrúpulos lleno de calumnias!
Desafortunadamente, Su Majestad siempre está dispuesto a escucharlo. No me sorprendería si con el tiempo empieza a sentirse insatisfecho con los demás funcionarios. Su déspota influencia es tal que es capaz de persuadir al emperador para que retracte de sus órdenes. ¡Es un peligro inminente para la corte imperial!
Debo apresurarme y regresar al Ministerio de Personal para reunirme con el ministro Li Chengfeng, quien a su vez es un académico y miembro del gabinete, de esa forma podremos unir fuerzas con otros funcionarios y elaborar un plan para deshacernos de los traidores. ¡No hay que permitir que este grupo de eunucos siga controlando el gobierno con tanta arrogancia y autoridad!, pensó rechinando los dientes.
Sin embargo, lo que desconocía era que el eunuco Lan estaba pensando lo mismo que él: Este grupo de personas corruptas y desalmadas no hacen más que despreciarnos todo el día. Lo único que hacen es gorgojear sin parar por toda la corte. Son una verdadera molestia.
Esos funcionarios incluso se atreven a causar molestias y hacer comentarios sarcásticos al emperador. Lo único que causan es depresión y ansiedad que afecta el cuerpo de Su Majestad. Un día, vamos a eliminarlos a todos y arrancarles las alas para guisarlos en una olla grande. Ya veremos si siguen siendo tan atrevidos.
La razón por la que intervino en nombre de Su Yan no fue solo por su compañerismo, sino que también tenía otros planes en mente: Si pudiera ganarse a Su Yan y lograr que ingresara al servicio civil como erudito, sería una buena jugada.
A pesar de encontrarse en su propio camino lleno de bendiciones y baches, Su Yan yacía completamente ignorante al hecho de que se había convertido en la pieza de una desencadenante lucha por el poder cada vez más intensa entre los funcionarios civiles y los eunucos.
De hecho, se encontraba de vuelta al callejón rojo escuchando la canción "Despreciando al Amante" de la famosa prostituta Ruan Hongjiao.
A medida que se acerca el crepúsculo y las linternas comienzan a aparecer, la ciudad se llena de gente.
La calle de un kilómetro y medio de largo estaba repleta de vendedores y mercancías. También había monjes budistas entre la multitud y muchos comerciantes extranjeros de ojos azules, jactándose como si tuvieran mucho dinero.
Su Yan divagó por las calles con las manos a su espalda junto a otros tres o cinco estudiantes. Los escuchó hablar sobre la historia o los libros clásicos. Y aunque lo encontraba demasiado aburrido, se dedicaba a asentir de vez en cuando para mostrar interés. Mientras que su atención se dirigía a todas la novedosa mercancía en el mercado.
Esta dinastía era de mente más abierta, por lo que al salir a la feria del templo muchas mujeres del pueblo usaban un hanfu colorido [5], el cual consistía de una falda de pliegues, un camisón estampado [6] y a juego una bijia [7,. Las calles entonces se llenaban de horquillas de fénix y lotos dorados, lo que daba al ambiente un aire encantador.
[5][6]
[7]
Fue en ese momento que la mirada traviesa de Su Yan divagó hacia una chica linda y poco a poco se quedó atrás.
De repente, alguien tomó sus manos. Sorprendido, volvió en sí, solo para ver el rostro sonrojado y la nariz ligeramente temblorosa de su compañero de estudio y paisano: Huang Zheng.
Su Yan se sintió desconcertado. Se supone que somos viejos compañeros de clase, solo tienes que decirme las cosas. ¿Por qué luce tan emocionado? Ni que fuéramos a unir fuerzas como en la reunión Zhu-Mao.
—¿Hay algún problema, compañero?
Los labios de Huang Zheng temblaron hasta que finalmente habló en voz baja.
—Los exámenes de primavera están reclutando candidatos, lo más seguro es que Qinghe-xiong esté al frente de la lista de aprobados debido a su gran talento.
Su Yan soltó una risa seca.
—No, no, se equivoca. No soy talentoso, lo más seguro es que voy a reprobar. Además, hay más de 10,000 estudiantes con talento, pero solo aceptan 300 candidatos [8]. Es como si una tropa de mil hombres intentara cruzar un puente de una sola madera, así que ya me estoy preparando para hacer las maletas y volver a Fujian.
Los ojos de Huang Zheng se iluminaron al escucharlo y estrechó la mano diciendo:
—Tengo la misma intención, como el viaje a nuestra ciudad natal es largo y necesito de alguien que me cuide, si no es mucha molestia, claro… ¿Por qué no nos volvemos Qi xiongdis?
Su Yan casi dio un salto de sorpresa y alejó su mano casi de forma inconsciente.
Estaba seguro de que ese “Qi xiongdi” no significaba “hermanos jurados”.[9]
En esta dinastía se sobrellevaba una cultura patriarcal y muchas de las familias de los eruditos tenían hombres que a su vez tenían compañeros varones. De hecho, no era raro para el resto de la población ver que dos hombres estuvieran enamorados.
Las costumbres sociales al sur de Fujian estaban arraigadas a sus pobladores y diferían al resto: Para ellos, mientras dos hombres tuvieran afinidad, su relación se consideraría “qi xiongdi”. Es decir, serían un hogar de marido y mujer, sus padres aprobarían a la pareja de su hijo como su yerno y los pobladores reconocerían su relación. Al ser mayores, podrían casarse y tener hijos, a lo que su “qi xiongdi” se haría cargo de los gastos de su boda y del futuro sustento de su “hermano”. Algunos de ellos permanecían junto a su “qi xiongdi” de por vida.
Aunque Su Yan conocía las antiguas costumbres de los locales en Fujian, nunca les tomó importancia. ¿Por qué molestarse con un fénix falso (homosexual) cuando se tenía el amor de una encantadora y radiante belleza femenina? Si bien creía que un trasero podría ser atractivo, como un hombre completamente heterosexual, no encontraba el interés en ello.
Alejó su mano y pensó en como rechazar la oferta sin herir el orgullo de su compañero homosexual. Fue en ese momento que reconoció a alguien a la distancia y se sintió aliviado.
—Oh, pero si es… Sí, es. Es que el otro día tropecé con ese joven de allá y fui demasiado descortés. Iré a enmendar mi error—dijo, no sin antes girar su cabeza con una sonrisa incómoda hacia Huang Zheng—. Vaya coincidencia. Por el momento me retiro, compañero. Tengo unos asuntos que atender, pero podemos hablar otro día.
Dejó atrás al devastado Huang Zheng y suspiró aliviado. Se dio la vuelta y continuó avanzando mientras ideaba un plan para mantenerse lo más lejos posible de él y evitar tener “otro día para hablar”.
Sin embargo, a sus espaldas escuchó la voz tosca de un adolescente.
—¡Oye, tú, detente ahora mismo!
Su Yan obedeció y se detuvo antes de darse la vuelta. Cuando las cosas no podían ponerse peor… para su mala suerte, la calle era angosta y no había escapatoria.
Frente a él se encontró con el joven de mirada altanera del otro día. Seguía usando el atuendo militar, aunque el brocado de seda alrededor de su cintura había sido reemplazada por un cinturón de cuero de jade blanco, lo que lo hacía ver más atractivo y aristocrático. Era incluso más guapo que antes, pero su mirada llena de arrogancia y soberbia hizo que Su Yan quisiera darle un puñetazo en la cara.
El joven lo miró desde arriba.
Debido a que en ese día, Su Yan había corrido y jadeado como nunca, sumando al mareo que le causó la caída, fue incapaz de inspeccionar al alto y delgado erudito.
Pero ahora que lo veía de cerca, se dio cuenta de que vestía un zhuzi shenyi[10] de un profundo azul. Sus mangas eran amplias y los dobladillos eran de seda oscura, en la cintura vestía un cinto verde seda. Además, llevaba un colgante de zafiro verde translúcido tallado en forma de una hoja de loto. Tenía una apariencia firme como un roble y una postura prominente como una brillante nube.
[10]
Ese espíritu imponente le recordaba a una prosa en uno de los trescientos poemas del Clásico de poesía: “Qué hábil y elegante nuestro príncipe, tan agudo como una cuchilla; como un cincel al labrar”*. Sin embargo, al entrecerrar su mirada de fénix con disgusto, se podía apreciar la superficialidad y falsedad en su expresión, como si su apariencia de caballero fuera solo una farsa.
(N/E: Extracto del poema 《淇奥 》(Qi Yu). El texto hace referencia a la imagen de un noble erudito, alabando su apariencia y su amplio conocimiento como un caballero elegante.)
La ira afloró en su corazón y reprochó:
—¿No acabas de decir que querías enmendar tu error? ¿Por qué intentas huir?
Su Yan suspiró.
—¿Qué? ¿Huir? No… Es solo que esperaba aprovechar para verlo y hacer las pases con usted. Aun si fuera un hombre vil, no tendría mucho que enmendar.
Las comisuras de la boca del joven se elevaron de forma sutil. Qué interesante, pensó y su ira se calmó un poco.
—¿No dijiste también hace unos momentos que pasar el examen imperial era como “si una tropa de mil hombres intentara cruzar un puente de una sola madera”? —preguntó luego de reflexionar unos momentos.
—Así es—respondió de forma sutil e inefable y luego pensó para sí mismo: ¿No es esta una metáfora común que se usa todos los años para los exámenes de ingreso?
El joven asintió.
—De hecho, es una comparación apropiada –dijo. De repente, le dirigió una mirada burlesca—. Todos los eruditos del mundo están haciendo todo lo posible por cruzar ese puente. Por lo que veo eres tan delgado que temo que no podrás ni pasar y caerás del puente.
Su Yan no pudo evitar reír complaciente.
—Se equivoca, ¿por qué querría cruzarlo?
—¿Acaso no quieres ser un funcionario? —cuestionó el joven alzando sus cejas.
—¿Y eso qué tiene de bueno? Los funcionarios civiles se la pasan escribiendo detallados reportes. Además, tienen que levantarse temprano para ir a corte y regresan tarde a casa. Y si eres funcionario militar, serás enviado al campo de batalla, donde caen uno por uno—Su Yan se sintió incitado a continuar gesticulando mientras balbuceaba tonterías—. Si fuera un funcionario de bajo rango tendría que inclinarme ante mis superiores y entregarles obsequios. Y aunque fuera un funcionario de alto rango, tendría que tener cuidado de no ofender al emperador para evitar morir. Si fuera un funcionario honesto no tendría mucho dinero para sobrevivir, pero si fuera corrupto tendría que cuidarme de cualquier traición…
Las cejas del joven fueron elevándose conforme el otro hablaba.
—¿Quieres decir que no quieres ser un funcionario? Entonces, ¿qué piensas hacer?
Su Yan sonrío hasta que sus ojos se entrecerraron; era como si un manantial estuviera a punto de fluir.
—Quiero disfrutar mi juventud. Seré un vividor líder de una pandilla. Quiero salir a pasear a caballo y ver peleas de gallos o cazar pájaros. También voy a seducir mujeres casadas en mi tiempo libre. ¿Cómo podría ser uno infeliz viviendo de forma despreocupada?
El joven, aunque atónito, extendió su mano para alejarlo.
—¡E-Eres un inútil…! —exclamó, su voz temblando de ira.
—Tranquilo, solo estoy bromeando—Su Yan se limitó a reír—. Bueno, mocoso, aunque solo nos vimos un par de veces, creo que fue obra del destino cocernos. Como regresaré a mi ciudad natal en unos días, no creo que volvamos a vernos en el futuro—dijo y le dio una suave palmada en el hombro con un objeto metálico—. Es un obsequio de mi parte como parte de mi disculpa—finalizó antes de alejarse con la frente en alto y las manos en la espalda, caminando con aire soberbio.
El joven lo vio marcharse y luego miró el objeto en su mano. Resultó ser un reloj de bolsillo de plata con una pintura occidental al óleo debajo de la superficie de esmalte. Esta mostraba una mujer extranjera, rolliza y semidesnuda de grandes pechos con un muñeco masculino desnudo en sus brazos. Al verlo, no pudo evitar sonrojarse y maldijo en voz baja, por lo que alzó la mano para lanzar el objeto. Sin embargo, después de pensarlo, vaciló y finalmente lo mantuvo contra su pecho.
—Cheng Sheng—llamó al darse la vuelta.
Una figura se apareció a su costado.
—Estoy aquí, Su Alteza—dijo respetuosamente.
—¿Y el asunto que te pedí que hicieras la última vez?
Cheng Sheng sonrió.
—¿Cómo podría ser negligente ante usted? Lo hice tal y como me ordeno, sin ninguna falla.
Un deje sombrío cruzó por la mirada del joven, quien, rechinando entre dientes, exclamó:
—Jum, conque no quiere ser un funcionario. Bueno, lo convertiré en uno. Incluso si no se convierte en un erudito, me encargaré de hacerlo trabajar en la corte. ¡Ya veremos si sigue siendo tan despreocupado!
—¿Cómo? ¿Un tributo?
La boca de Su Yan se aflojó por la sorpresa y un trozo de ganso asado de piel crujiente y carne tierna cayó sobre la mesa.
Eso fue demasiado inesperado. ¿Cómo era posible que ese vergonzoso ensayo pseudo-literario en realidad había convencido al evaluador y lo haya aprobado?
Su Yan se congeló. Y si el hombre que corrigió los papeles… ¿También es un transmigrador?
El chico que vino a informar las buenas noticias tenía una sonrisa halagadora en su rostro y asintió.
—Felicitaciones, joven maestro, ahora es un estudiante de tributo. Después de que apruebe el examen del palacio a principios del próximo mes, se convertirá en un erudito y su nombre estará presente en la lista de oro.
Su Yan no podía entenderlo. Desconcertado, sacó un puñado de monedas y despidió al chino, para luego caminar de un lado a otro por la habitación mientras reflexionaba.
Se supone que el emperador supervisó el examen imperial, además de que había personas de grandes académicos con amplios conocimientos. Ante tantas vistas, ¿cómo es que todos fueron engañados por una pequeña trampa como esa?
Pero si hacía el ridículo estaría condenado. Lo peor sería ofender al emperador y verse arrestado Puertas Meridianas*, de ser así, ¿a quién podría recurrir para lamentarse?
(N/E: Si bien estas puertas tenían arcos por los cuales el emperador y tres de los candidatos que pasarán el examen trineal podían cruzar, también había un área en donde se llevaban a cabo los castigos físicos. Aunque algunas leyendas dicen que incluso algunos oficiales fueron ejecutados)
Cuanto más lo pensaba, peor se sentía.
¡Mi vida anterior no fue fácil! A mis veinte por fin había logrado conseguir un trabajo y una chica. Pero un tifón hizo que una maceta cayera del piso decimoquinto y me golpeara la cabeza, dejándola desfigurada... ¡Y esta vida es aún más miserable! Solo llevo seis meses aquí y ya estoy en un infierno. ¡Y pensar que iba a tener tres esposas y cuatro concubinas, así como varios hijos y nietos mientras disfrutaba lo que era ser un funcionario de alto rango!
Después de caminar durante media hora, seguía sin encontrar una solución, aun así llegó a una conclusión.
—Bueno, ya qué, no es como si nunca hubiera muerto antes.
Y con ese pensamiento, el humor de Su Yan mejoró. Así que volvió a sentarse en la mesa y continuó bebiendo vino.
Glosario:
[1] 掌印太监 - Eunuco Imperial - Lit. Eunuco que porta el sello - El puesto más alto entre los Eunucos de cada oficina.
[2] 司礼监 - Oficina de Asistentes del Palacio - Conocido como “El primer departamento”, es la oficina de más alto rango entre las otras doce. Están a cargo de manejar a los eunucos de todas las oficinas y nombrar oficiales. También están a cargo de aprobar y administrar todos los asuntos del palacio. Son como quien dice los organizadores y jefes de las oficinas
[3] Extracto del poema 《论诗五首(其二)》(Acerca de cinco poemas en el Clásico de poesía - Segunda parte) de Zhao Yi. El término “grandeza literaria” también se traduce literalmente como “coqueteo” y este hace referencia al estilo de poesía que se adoptó en el cual destacaba el estatus elevado y el gran alcance de las “personas talentosas” en la literatura. Más información del poema (solo en chino).
[4] Extracto del poema 《山行杂诗(七首选—)》(Varios poemas en un viaje a la montaña - Siete opciones) del poeta Zhao Yi. El término 即 tiene varios significados, en este caso fue interpretado como "al tener contacto con..."
[8] Chū gòng: Una vez que un erudito se convierte en estudiante de tributo, ya no será disciplinado por el confucianismo, comúnmente conocido como "pagar tributo"
[9] 契兄弟 - Qi xiongdi: Es común en la tradición china que dos personas que comparten intereses, ambiciones o responsabilidades se conviertan en "hermanos (o hermanas) jurados" (拜把子). Sin embargo, el término utilizado en este caso se adjudica más a una relación homosexual en tiempo contemporáneo. La diferencia radica en que los "hermanos qi" o “qi xiongdi” (契兄弟) aún pueden casarse con alguna mujer y la familia debe solventar los gastos del "yerno". Al seguir con el linaje, no son criticados, por lo que los hombres en este tipo de relación no son mal vistos por la sociedad.
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Es una historia divertida por el protagonista.
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