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¡¡LEE ESTO PRIMERO!!

Capítulo 110: Te lo agradeceré con mi muerte

 


Su Yan viajó en el tiempo.

Viajó a la Antigüedad, similar a la Dinastía Ming en la historia, y su alma se metió en el cuerpo de un erudito que fue a la capital a tomar el examen imperial.

Tras fracasar en el examen, vagó por los burdeles de la capital y se convirtió en un vividor y un derrochador a su antojo. Aprovechando la posición de su padre como funcionario, provenía de una buena familia y le sobraba algo de dinero. Reclutó a un grupo de matones y se pasó el día entero persiguiendo caballos y perros, peleando con gallos y pájaros, y provocando e intimidando a mujeres de buenas familias cuando no tenían nada que hacer. Era muy despreocupado y era conocido como el máximo tirano de la capital.

¡Ese día fue al templo Lingguang para quemar incienso y a coquetear, de repente, vio a una mujer alta con un vestido rosa, vestida como un melocotón y un sauce, con un porte elegante y coqueto, e inmediatamente se le salió el alma, y dijo: Esta damita es tan encantadora sólo por su espalda, y su cara no se sabe si es tan hermosa, ¡si puede dormir con ella una noche, estará dispuesto a morir!

Los huesos de su cuerpo son 1 kilo más ligero, con hormigueo en todo el cuerpo siguió, calculando cómo crear un encuentro, ya sea un héroe para salvar a la belleza, o el rey en el arco...

La mujer salió del templo y se dirigió a un bosque aislado, mirando a su alrededor y dudando.

Su Yan se alegró mucho, se acercó a ella y le dijo:

-        Señorita ¿está perdida? El camino de la montaña es difícil de recorrer, ¿por qué no deja que le lleve a casa? Buena señorita, levántase la falda.

Esto pretende ser una mirada a sus zapatitos con lazo, un coqueteo descarado.

La mujer parecía estar llena de vergüenza, se levantó las mangas para ocultar su rostro y no emitió ningún sonido. Su Yan puede ver que se trata de una naturaleza suave, pero también primaveral, se da la vuelta y medio se agacha, hace un gesto para que se suba en su espalda.

Inesperadamente, sus manos fueron violentamente aferradas por una fuerte fuerza, y en esta postura de agacharse y ofrecer las caderas, quedó fuertemente presionado entre las horquillas del viejo tronco del árbol que tenía al lado.

Su Yan se sobresaltó, pensó que le habían atrapado un hada, gritó:

-        ¡Tengo buenas intenciones, como haría algo con las manos ocupadas, suéltame!

Detrás una voz fría y dura de hombre le regañó:

-        ¡Eres un perro! ¿Cuántas buenas familias han sido perjudicadas por tu poder? ¡Los habitantes de la capital te han sufrido durante mucho tiempo! ¡Ahora que te tengo, te devolveré el favor y te daré a probar lo que es que abusen de ti!

Su Yan gritó:

-        No lo he hecho, sólo estoy coqueteando con unas pocas palabras, como mucho tocando un par de veces, realmente no...

El grito cesó bruscamente con el sonido de un crujido. Miró hacia atrás, asustado, sólo para ver al hombre que tenía detrás levantándose el vestido color raíz de loto.

Lo que es aún más horrible es que la tortura fue violenta y larga, como si cayera en un infierno interminable. Su Yan pasó de gemir entre lágrimas y mocos a respirar entrecortadamente.

Mientras agonizaba, sintió una fuerte sensación de desgana y una extraña sensación de irrealidad, sintiéndose como si hubiera entrado por error en alguna retorcida y absurda película dieciochesca prohibida, convirtiéndose en un transeúnte forrajero que sufría una muerte dolorosa y vergonzosa.

.... No, ¡mi vida no debería ser así! Debe de haber algo mal, Su Yan se quedó ensimismado, mujeriego, ésta es realmente la vida que quería vivir, pero pensó, nunca ha sido realmente ocioso, el lujo como búsqueda de la vida... ¿Dónde empezó a ir mal exactamente?

 

'Entonces tendrás que hacer carrera y volar del gallinero para ganarte el perdón de Dios'.

'Ya que he elegido subir a bordo del barco del Príncipe Heredero, utilizaré mi pequeño poder para cortar las olas por ti'.

‘Si no puedes pagarme, entonces paga al mundo'.

'Me separo de ti, ambos somos eunucos, así que qué sentido tiene ser comprensivo. Vete ahora, cuídate, esperaré a que vuelvas a la capital'.

‘¿Puedes decirme ahora tu verdadera identidad?'

'Eres una grulla blanca en las nubes, eres un hombre noble, nunca has hecho mal a nadie'.

 

Su Yan se mordió con fuerza el dorso de la mano, sin escatimar esfuerzos para arrancarse la carne a mordiscos… ¡de hecho, fue un error desde el principio! Era un jinshi de segunda clase que pasó el examen imperial, un xima (lavador de caballos) de la oficina de clásicos, un acompañante del Príncipe Heredero, un secretario subalterno derecho del templo Dali, un censor imperial y un censor general de la provincia de Shaanxi.

… El es Su Yan, Su Qinghe.

En esta vida, su padre Su Keren le dio este nombre y este carácter, que es «el mar está en calma y el río es claro, el mundo está en paz». No puede ser un vividor, ni quiere serlo.

La conciencia parece elevarse lentamente desde el fondo del estanque más profundo, atravesando todas las interferencias caóticas, saliendo a la superficie.

Su Yan parpadeó como si despertara de un sueño, y su entorno se fue aclarando poco a poco, y se encontraba en el dormitorio de la mansión donde vivía en el Campamento Qingshui. Oyó la voz de Jing Hongzhuo llamándole:

-        ¿Señor Su? ¿Señor Su?

La alucinación sangrienta aún no se había borrado de sus terminaciones nerviosas, miró las marcas sangrientas de los dientes en el dorso de su mano, se estremeció y apartó apresuradamente la mirada, sin atreverse a mirar de nuevo los ojos escarlata y traicioneros de Jing Hongzhuo.

Jing Hongzhuo preguntó:

-        ¿Qué experimentó su señoría en el Reino del Espíritu del Éxtasis?

Con un dolor inenarrable, Su Yan apartó a Jing Hongzhuo de un empujón, se dio la vuelta y se levantó del sofá; sin tener tiempo siquiera de ponerse los zapatos, corrió hacia la puerta de la habitación.

Sólo cuando llegó a la mesa redonda del centro de la habitación, Jing Hongzhuo le agarró por los hombros y le hizo retroceder con facilidad:

-        Está bien si no quiere hablar de ello, ¿no quiere oír lo que he vivido?

Su Yan no puede sacudir el otro lado de la mano en forma de pinza de hierro, ansioso dijo:

-        A'Zhuo, has sido estimulado por algo o…

De repente recordó que después de la caída en el valle, en la cueva, Jing Hongzhuo dijo que practicaba una técnica de pesadilla llamada el arte del encanto de pesadilla, que podía causar caos en la conciencia de las personas cuando sus miradas se encontraban, haciendo más fácil asesinarlo. Debido a que no lo controló bien cuando terminó de usarlo, un rayo de aura filtrada casi lo asfixió. Mirando la apariencia de A’Zhuo ahora, ¿podría ser que… le salió mal y se volvió loco?

-        A'Zhuo, ¿te estás volviendo loco? ¿Cómo puedes despertarte? – El cerebro de Su Yan pasó rápidamente por un montón de clips de antiguos dramas de artes marciales de su vida pasada, miró su propia palma, y murmuró en silencio «Lo siento, probaré el efecto», y luego levantó la mano, y abofeteó la cara de la otra persona con fuerza.

Jing Hongzhuo no se agachó ni esquivó, y recibió una fuerte bofetada en la cara, que ni siquiera desvió. Sujetó la muñeca de Su Yan y dijo:

-        Maté a mucha gente, y los cadáveres se amontonaron bajo mis pies, incluido el de su señoría. Entonces yo también morí, una muerte muy miserable y dolorosa, pero fui muy feliz, porque por fin pude estar con usted para siempre.

Esbozó una sonrisa retorcida.

-        Sabía que era éxtasis, así que finalmente salí, sin saber adónde ir. Había una voz en mi corazón que me decía que me fuera lejos, que dejara a su señoría, que abandonara esta ciudad, pero de alguna manera, di vueltas y vueltas y regresé a usted, como el destino de la vida o la muerte…

Su Yan tembló ligeramente, sin saber cómo despertar su cordura, sólo pudo gritar ansiosamente:

-        ¡A'Zhuo!

-        ¿Su Señoría me llama? Estoy contento, pero a la vez no.... Porque nunca sabrá qué clase de fuego arde en mi corazón cada vez que me llama por mi nombre – Jing Hongzhuo ladeó la cabeza, como un niño que insiste en una respuesta, mirando fijamente el rostro de Su Yan – Su Señoría sólo ama a las mujeres, ¿verdad? Mire mi atuendo, ¿le gusta?

Su Yan sonrió amargamente sin poder evitarlo.

-        A'Zhuo, no seas así. Eres un hombre de verdad, en el pasado para la misión disfrazarse no era nada, pero ahora para complacerme llevar ropa de mujer, ¡no es necesario, de verdad!

-        ¿A mi señor no le gusta? ¿Es porque no tengo buen aspecto? – Jing Hongzhuo no prestó atención a las palabras de Su Yan, y extendió la mano para mojar la marca del mordisco que tenía en el dorso de la mano, y utilizó la yema del dedo para untársela en los labios.

Sus rasgos faciales son duros y resistentes, no era guapo cuando iba vestido de hombre, pero después de maquillarse de mujer, era una persona diferente, junto con su postura y sus andares estrictamente entrenados, era suficiente para disfrazarlo de persona real. Esta vez no se puso polvos en la cara, sólo un toque de rojo en los labios, como una perla en su armadura, revela un encanto inusual.

Su Yan se sorprendió ante esta extraña belleza y dijo:

-        Finges ser una mujer, más encantadora que una mujer de verdad, pero la clave del problema no está aquí, es... – Por un momento no consiguió entenderlo.

Jing Hongzhuo preguntó:

-        ¿No les guste a mi señor?

Su Yan se agarró la frente.

-        Si no me gustaras, ¡no tendría por qué tenerte cerca! Pero este tipo de querer es diferente del de un hombre y una mujer...

Antes de que terminara de hablar, los ojos de Jing Hongzhuo se volvieron aún más profundos y ardientes. Casi sin poder esperar, empujó a Su Yan al taburete redondo que había junto a la mesa, y tomó la iniciativa de levantarse la falda y sentarse en él.

Debajo de la falda, Su Yan no llevaba pantalones, y cuando sintió la plenitud del bulto en sus muslos, su rostro se puso verde y tartamudeó:

-        ¡A'Zhuo, qué haces, qué haces! ¡Quítate!

Jing Hongzhuo dijo con fervor:

-        Señor, fólleme.

-        ....  – Su Yan se congeló en su sitio.

No... ¡No quiero que me folle un hombre, y mucho menos follarme a un hombre! El alma del hombre heterosexual dejó escapar un rugido de pena e indignación que sacudió los cielos y lloró fantasmas y dioses.

Jing Hongzhuo enganchó la cintura de sus pantalones sin ninguna cortesía y, con un frufru, las telas interior y exterior se desgarraron, más fácil que rasgar papel.

Su Yan alargó inconscientemente la mano para cubrirse la entrepierna, pero le pellizcaron las muñecas con una mano y le obligaron a mantenerlas a la espalda, mientras Jing Hongzhuo utilizaba la otra mano para sujetar su virilidad, que yacía latente entre los pelos, y la frotaba con gran habilidad.

Los dedos del guardia eran largos, hábiles y fuertes, y sus callosos nudillos rozaban las partes sensibles del pene, provocando un cosquilleo en el Señor Su y haciendo que su ya flácida virilidad levantara la cabeza involuntariamente.

¿Podría ser que realmente quisiera ser follado? Su Yan retorció el cuerpo, intentando evitar el placer de los dedos del otro, y gritó de pánico:

-        ¡A'Zhuo no estes bromeando! Sé que no tienes la cabeza despejada, piensas confusamente, y salirte de tus casillas es parecido a... una psicosis repentina, ¡no sabes lo que haces!

-        Lo sé – Jing Hongzhuo insistió – Deseo al Señor Su. Pero Su Excelencia no es un manga cortada y no quiere que un hombre se lo coja, así que tendré que pedirle a Su Excelencia que me folle a mí – Sujetó la virilidad endurecida de Su Yan y estaba a punto de sentarse a pesar de todo.

Su Yan sospechó que su esponja hinchada se rompería en el segundo siguiente, y lo que era peor, ante la idea de tomar un crisantemo, se volvió impotente.

Jing Hongzhuo emitió un inesperado sonido «Oh», tuvo que retroceder y volvió a masturbar al Señor Su.

Después de todo, Xiao Su (el pene) era joven y vigoroso, y en unos instantes había desobedecido la voluntad de su amo y se había levantado de nuevo. Sin embargo, cuando estaba a punto de entrar, volvió a ser impotente.

Su Yan quiso llorar sin lágrimas:

-        De verdad.... no puedo ponerme duro para entrar en un crisantemo de hombre.

La mirada de Jing Hongzhuo era seria y extraña, después de pensarlo un momento, decidió decir:

-        Si le resulta inconveniente, su Excelencia, su subordinado deberá hacer lo mejor que pueda. En este caso ¡déjeme hacérselo!

Cinco rayos golpearon el cielo, ¡y el día de juicio llegó! Su Yan se sobresaltó y luchó por levantarse. Pensando en lo que le ocurrió cuando fue hechizado por la habilidad de A'Zhuo, decidió dar la cara y lanzó un grito de auxilio.

Jing Hongzhuo parece haberlo predicho, dio el primer paso para presionar el acupunto del habla de Su Yan, y luego lo levantó del taburete redondo, le desnudó hasta el doblez de los brazos, le ató las manos a la espalda y lo presionó boca abajo sobre la mesa.

Esta postura de inclinarse y sacar las nalgas era exactamente la misma que había experimentado en la alucinación. Su Yan casi tuvo un ataque de nervios y lágrimas de miedo brotaron de sus ojos.

Ante el valor de la fuerza aplastante y el inminente nivel infernal de dolor, Su Yan retrocedió vergonzosamente y se rindió.

Por un lado, se lavó el cerebro pensando: «La vida es como una violación, si no puedes luchar contra ella, disfrútala», y por otro, barrió con lágrimas en los ojos la lámpara de aceite que había sobre la mesa.

(N/T: no jodas, Su Yan, que pinche pensamiento)

El aceite, que estaba hecho de grasa de vaca y oveja mezclada con especias, y que emitía un fragante aroma cuando se encendía, de ahí el nombre de «pasta de orquídea», goteó en un chorro pegajoso al volcar la lámpara.

Jing Hongzhuo se quedó ligeramente aturdido, y entonces se dio cuenta de que había metido la mano en la pasta de orquídea y se la había untado en el pene que se le estaba endureciendo.

Su Yan se enfureció y maldijo en su interior: ¿Lleva un condón en el bolso, si no puedes resistirte, al menos minimiza el riesgo, no? Carajo, hoy en día ni siquiera tienen preservativos, ¡y los lubricantes tienen que adaptarse a la situación!

Estaba gimoteando e intentaba hablar, Jing Hongzhuo dudó un poco y alargó la mano para desbloquear su punto mudo.

Su Yan jadeó y, antes de que le diera tiempo a escupir las palabras, sintió que le forzaban a abrir el agujero de la espalda, y sus ojos se volvieron negros de repente. La larga y gruesa hoja de carne se introdujo lenta pero firmemente, como la hoja de una espada rompiendo todos los obstáculos, se sintió atenazado por las réplicas del éxtasis, sintiendo psicológicamente náuseas y vértigo.

El agujero aún no dilatado está demasiado apretado, casi estirado hasta el límite, el dolor sordo es insoportable, si no fuera por la lubricación, probablemente se desmayaría de dolor.

Su Yan no pudo soportarlo más y quiso maldecir, pero oyó a Jing Hongzhuo detrás de él aspirando continuamente su aliento, parecía que le estaba ayudando con el dolor.

Hizo lo posible por girar la cabeza, y vio que Jing Hongzhuo estaba completamente vestido con su chaqueta y su falda, y que sólo se había levantado la parte delantera de la falda y se había metido los bordes en la cintura, con una mano sujetando su propia raíz pecaminosa, y otra sujetándole la cintura y la entrepierna. Él mismo estaba presionado sobre la mesa, con la parte inferior del cuerpo desnuda, la superior con el pecho y la espalda desnudos, y la ropa atada con un nudo en el brazo. Comparando a los dos, el que está a gusto está más cómodo y el que está avergonzado y miserable es más miserable.

Jing Hongzhuo se alegró al verle volver la cara para mirarle, bajó la cabeza y besó su espalda desnuda:

-        Mi señor, está tan caliente y húmedo dentro de usted, y me la agarra con tanta fuerza, que me resulta difícil meterla hasta la mitad, así que sólo puedo hacerlo despacio... No se ofenda, mi señor, haré que se sienta bien enseguida.

El rostro de Su Yan estaba desencajado y, con lágrimas de dolor en los ojos, maldijo:

-        ¡Bien mi culo! ¡Lárgate de aquí! ¡Deja que te abofetee cien u ochenta veces para ver si consigo despertarte!

-        ¡Shh, shh, shh! – Jing Hongzhuo se inclinó hacia él y bajó la voz para soplar aire caliente en la oreja – Su Señoría está tan entusiasmado y grita tan alto, ¿quiere que todos los Jinyiwei del patio de fuera entren y se lleven un buen espectáculo?

-        … - Su Yan – No te vayas por las ramas, ¡te ha poseído un demonio sin escrúpulos! ¿verdad?

-        No quiero compartir esto con nadie, así que voy a pedir a su señoría que sea un, poco, más, paciente – Las cuatro últimas palabras, acompañadas de un repentino impacto, golpearon su cuerpo como una pesada cuña.

Su Yan tenía la boca llena de sangre en la garganta, y sentía que debería haberse desmayado hacía mucho tiempo, para no tener que comerse el dolor mientras le obligaban a representar algún tipo de obra vergonzosa.

Jing Hongzhuo bombeó profundamente durante mucho tiempo, se secó vigorosamente unas cuantas veces, y luego se detuvo para frotarle el coxis y los puntos de acupuntura del perineo:

-        Mi señor aprieta con demasiada fuerza y su subordinado teme no poder aguantar, en caso de que me venga rápido no le dejaré disfrutar lo suficiente... por favor, relaje su culo.

Más que el dolor, Su Yan no pudo aguantar más sus palabras de vulgares, apretó los dientes y dijo:

-        Si quieres hacerlo, ¡hazlo rápido y deja de lloriquear!

Jing Hongzhuo soltó en voz baja:

-        Sí, haré lo que me diga – Entonces soltó su fuerza y atacó como una ráfaga de viento y lluvia.

Sus embestidas eran pequeñas y rápidas, con poca habilidad que digamos, pero muy eficaces, controlando la fuerza y el ángulo con mucha precisión, como si hubiera nacido para saber cómo ejercer la fuerza, su cintura se encogió incansablemente durante mucho tiempo, y cada golpe era un sólido ariete. La carne de la entrepierna y las nalgas chocó entre sí, produciendo un crujido de alta frecuencia “pa-pa-pa”.

Su Yan mordía el arrugado mantel de satén que tenía en la boca, sintiendo que se había convertido en un pequeño barco en las olas, constantemente empujado hacia la punta por la fuerza que tenía detrás.

Tras la primera docena de golpes, el agujero trasero pareció empezar a adaptarse al tamaño y la fuerza del intruso, y el dolor sordo desapareció gradualmente, sustituido por una sensación de hormigueo ácido e hinchazón.

Los intestinos también segregan automáticamente un líquido ligeramente espeso, por lo que hizo que el pene de la otra persona entrara y saliera con más suavidad, y el sonido húmedo era como el de un pez digiriendo agua, mezclado con el sonido nítido de la carne golpeando, que era tan lujurioso que Su Yan quiso taparse los oídos. Cerró los ojos avergonzado

Jing Hongzhuo abrochó con una mano la delgada cintura de Su Yan, inclinó la cabeza y le mordió la nuca, llegando a triturar y chupar hasta dejar una marca roja, moviendo incesantemente la entrepierna, jadeando emocionado:

-        mi... mi señor es tan bueno, me hace sentir tan bien... Quiero que me folle el resto de mi vida...

¡Quién agujero se folla a quién ah! Su Yan ya no podía quejarse: no había nada que decirle a un psicópata con trastornos mentales, solo podía admitir que tuvo mala suerte.

Por desgracia, este tipo de auto felicitación, no puede suprimir la reacción fisiológica instintiva.

Su trasero era azotado intensa y enérgicamente, y la raíz pecaminosa de la otra parte rozaba de vez en cuando sus órganos vitales, provocando un estremecimiento involuntario. El asesino captó rápidamente esta reacción, y atacó con todas sus fuerzas, sin movimientos extravagantes, sólo un simple empuje y trituración, como si quisiera cincelar un agujero profundo en aquel lugar.

El placer llegó con furia, ahogando a Su Yan, los gemidos se desbordaron de las comisuras de su boca que apretaba el mantel, y junto con la saliva que no podía contener entre sus labios y dientes, fluyó hacia abajo como un hilo de plata.

El pene se clavó en el aire, sin encontrar consuelo, ya hinchado y duro hasta lo indecible. Quería alargar la mano y masturbarlo, pero tenía las manos atadas a la espalda. Si pedía ayuda a Jing Hongzhuo, sus «buen» guardia no se la negaría, pero estaba demasiado avergonzado para pedirla.

Sólo podía balancear su cuerpo hacia delante y hacia atrás, dejando que su glande rozara el borde del mantel, si acaso. Fila tras fila de nudos concéntricos adornados con borlas, barridos de un lado a otro en el pene de jade, le hacían cosquillas con la sensación de picor de las botas, llevándole al borde de la locura.

Sin embargo, el picor que tenía delante, comparado con el gran placer que le llegaba por detrás, era como la llama de una vela a la luz del sol, y fue engullido sin piedad en unos instantes de conmoción.

El clímax llegó inesperadamente, gritó, toda la persona fue arrojada a la ardiente luz blanca infinita, volada en pedazos por el fortísimo placer, la piel y el alma ya no existían. Era como si la dicha hubiera florecido en un instante, y como si hubiera durado toda su vida.

Los hilos enrollados se anudan erróneamente en una concentricidad, las hebras de seda cuelgan como agua corriente, una turbidez blanca la salpica, moteada como ciruelas que caen… en realidad, estaba descansando por detrás.

Su Yan cayó en el vacío y el cansancio tras el orgasmo, sólo quería tumbarse en el suelo como un pez salado. Sin embargo, el hombre que tenía detrás sólo dejó de moverse como si intentara aguantar un momento cuando eyaculó, y cuando hubo frenado el deseo de liberarse, volvió a encogerle la cintura y le atacó vigorosamente.

-        Mi señor es tan poderoso, tenso y profundamente apretado, que ahora mismo casi me tirar mi leche... Todo se debe a la falta de resistencia de su subordinado.

Su Yan odio no poder tomar los pantalones rotos para taparle la boca, rechinó:

-        ¡Ya, dispara rápido!

-        Sí, señor, lo haré lo más rápido posible – En esta posición, Jing Hongzhuo le clavó dos veces más.

Incluso con el grueso mantel de satén, sus mejillas y su pecho se restregaron dolorosamente, y sus pezones, ya de por sí sensibles, sufrieron aún más. Su Yan dijo con voz llorosa:

-        Aún no terminas, ¿eres una puta serpiente?

Jing Hongzhuo se quedó atónito, se limpió las mejillas, comprobó que sólo había sudor caliente, no lágrimas, y luego preguntó:

-        ¿Su Señoría quiere cambiar de posición? Su humilde servidor, cómo debe hacer la otra posición, por favor, instrúyame, haré todo lo posible por cooperar.

-        ¡Basta ya! He eyaculado tres veces, cualquier otra eyaculación sería sangre… - Su Yan siente casi entumecido el agujero trasero, la verga del otro hombre sigue siendo dura como el hierro, al menor signo de debilidad, no puede evitar desesperarse como la muerte - ¿tú cosa no es lo que está mal? Los nervios dorsales son extremadamente insensibles, lo que hace que el coito dure demasiado ¡¿Ha pasado más de una puta hora y todavía no has eyaculado?!

-        Mi señor de nuevo no entiendo las palabras... Pero no importa, si no quiere correrse otra vez, le ayudaré a atándole su verga – Jing Hongzhuo agarró del suelo un pedazo de tela del pantalón, arrancó una larga tira de tela.

Su Yan ahora realmente temía que su fuerza demoníaca de animal fantasma se metiera en los huesos, aprovechó la oportunidad para liberarse de las muñecas atadas, arrugó la ropa envuelta en un lío, y corrió hacia la puerta. Debido a la debilidad de los riñones y a la debilidad de manos y pies, casi se cae.

Llamaron a la puerta dos veces, Xiaobei llamó fuera:

-        Señor, el agua caliente está lista, ¿Xiaojing y yo se la traeremos?

Su Yan se detuvo violentamente en seco. Ser visto desnudo y mancillado por dos niños era un asunto menor, pero una situación que amenazaba su vida era un gran problema. El temperamento de Jing Hongzhuo cambió drásticamente en este momento. Si se negaba a reconocerlos, los estrangularía hasta la muerte ¿a quién podría pedirle que razonara?

-        ¿Señor? ¿Señor?

-        Media hora después de su cena, se supone que debe tomar un baño. Quizá se haya quedado dormido, ¿por qué no echamos el agua primero, quizá se despierte?

Un brazo se extendió desde atrás, arrastrando a Su Yan, que tenía prisa por encontrar sus pantalones, hasta la cama de armazón, y luego bajó la cortina de la tienda.

Xiaobei y Xiaojing entraron con cubos de agua, fueron detrás del biombo, vertieron agua caliente en la gran bañera y, tras verter unos cuantos cubos de agua hirviendo, volvieron a añadir agua fría. Cuando el agua estaba casi tibia, se pusieron toallas de algodón, jabón, loción floral y otros utensilios de baño.

-        ¿Su señoría aún no se ha despertado? ¿Quieres llamarle de nuevo? – Su Xiaojing vio las cortinas colgantes en el interior sin ningún movimiento, susurró preguntando a Su Xiaobei.

Su Yan empujó a Jing Hongzhuo, que estaba encima de él, para decirle que se largará.

Jing Hongzhuo le agarró la mano y la puso sobre el pene que tenía entre las piernas. Su Yan bajó la cabeza para mirarle… era tres veces más blanda, ligeramente caída, con una cabeza redonda como la de una seta, de cuya punta acampanada rezumaba una gotita de líquido. Bajo su mirada, aquel animal maligno tembló de excitación y volvió a levantar la cabeza.

A Su Yan le produjo una profunda sensación de impotencia... No tuvo más remedio que abrir la boca y, con una voz ronca que gimió en exceso, dijo al exterior de la tienda-cama:

-        Cuando terminen de verter el agua, salgan. Voy a echarme una siesta, y me levantaré en cuanto se me pase la somnolencia.

-        Si el agua se enfría entonces, el maestro debe llamarnos para calentarla de nuevo, esperaremos fuera de la puerta – dijo Su Xiaobei pensativo.

-        Realmente no hace falta, ustedes también vayan a bañarse y descansar, mañana vuelvan a entrar para recoger la ropa y lavarla.

Como Su Yan lo dijo, Xiaobei y Xiaojing no tuvieron más remedio que marcharse, dejando que el Señor Su, a quien siempre le disgustaba que sus subordinados le sirvieran, se hiciera su propio servicio.

La puerta volvió a cerrarse. Su Yan, que estaba en la cama, respiró aliviado, de repente se quedó ciego.

Inconscientemente alargó la mano y se tocó, descubrió que en los ojos tenía atada una tira de tela, que acababa de arrancarse de los pantalones hechos jirones. Jing Hongzhuo le ató la tela que cubría sus ojos, murmuró con la oreja:

-        Le escucharé, señor. ¿Podemos cambiar nuestra posición cara-cara?

Los dientes de Su Yan estaban a punto de aplastarse.

-        ¡Te he dicho que pares, no que cambies de posición! ¿Realmente no entiendes el lenguaje humano, o me torturas deliberadamente?

Jing Hongzhuo detuvo su mano que tiraba del cinturón de tela y le apretó contra el edredón.

-        Quiero ver su cara cuando llegue al clímax, y también quiero quitarme la ropa y estrecharle contra mi cuerpo, pero me preocupa que se quede hipnotizado por mis ojos, así que sólo puedo recurrir a esta solución, por favor, tenga paciencia conmigo, mi señor.

Su Yan no tuvo tiempo de objetar -las objeciones tampoco surtieron efecto-, le separaron las piernas y obligaron a su hinchado agujero a recibir de nuevo la gran vara, sumiéndole en una nueva ronda de feroz batalla.

Como el coito duró tanto, incluso cuando la vara del hombre fue retirada, su agujero parecía una boca que no podía cerrarse, y se podía ver la carne ligeramente acampanada, agrupada como pétalos de color rojo brillante, siendo empujada de nuevo hacia dentro por el glande.

La cuarta vez que eyaculó, aunque no había sangre, el semen fino y acuoso ya estaba teñido de rojo claro. Su Yan realmente lloró, y las lágrimas mancharon las correas de tela que ataban los ojos con un color oscuro y húmedo, y luego aparecieron grandes gotitas. Se atragantó:

-        No puedo, de verdad que no puedo... Moriré si lo vuelvo a hacer...

Gotas de sudor rodaron por la espalda color bronce de Jing Hongzhuo, golpeando la piel blanca como la nieve de la persona que tenía debajo. Jadeó y preguntó:

-        ¿Es cierto que mi señor realmente va a tomar al subordinado hasta su muerte?

¡Es 'follar' no 'tomar'! Su Yan asintió al azar:

-        ¡Sí, sí! De hecho, ya lo hiciste hasta la muerte una vez... Dame un respiro A'Zhuo, ¡no puedo más! Por favor, córrete rápido…

Jing Hongzhuo estaba un poco nervioso y ansioso:

-        Yo también quiero correrme.

Sacó su pene, que llevaba mucho tiempo sin eyacular, y, tras unos agonizantes jugueteos, lo introdujo por fin en el hueco entre las piernas de Su Yan, y lo bombeó repetidamente hacia dentro y hacia fuera.

La cara interna de los muslos de Su Yan, debido a la equitación y a la abrasión del lugar su piel acababa de crecer, era tierna y suave, aunque no tan caliente y húmeda como la opresión del agujero trasero, también es bastante divertido al molerlo. Jing Hongzhuo exhaló, aceleró la velocidad de empuje, con la esperanza de poder venirse rápidamente.

El corazón de Su Yan está lleno de desesperación, dejó que haga lo que quiera, solo que no lo matará.

Otro cuarto de hora más o menos, Jing Hongzhuo no ha eyaculado, Su Yan de la desesperación quiso castrar a su guardia personal...

La exuberancia sexual conduce al desastre, cortar para curar para siempre. De una vez por todas, ¡no habrá más problemas!

Luchó por arrancarse la banda que le ataba los ojos y siseó:

-        ¡Tráeme un cuchillo!

Jing Hongzhuo sudaba profusamente, pero al mirar sus labios rojos, de repente tuvo humor y le llevó el pene a la boca, suplicando:

-        Señor, por favor, tómelo sólo una vez, sólo una vez, por favor, hágalo...

No voy a poder hacerlo, ¡no voy a poder hacerlo! ¿Sexo anal, luego sexo en las piernas, luego sexo oral después del sexo en las piernas? ¿No puedes ser más higiénico? Además, ¿quién te ha puesto esa puta cara, la 15ª luna?

(N/T: con la luna, se refiere a la emoción del festival del medio otoño)

Cuando Su Yan estaba a punto de hablar, el glande rojo, liso y lleno, estaba justo entre sus labios y sus dientes. La punta de su lengua lo tocó sin querer, y probó una pequeña cantidad de líquido transparente segregado por la boca de la campana, con un tenue sabor salado.

El sabor no es repugnante, pero el psicológico realmente no puede...

El rey de Yu, tan desvergonzado como es, ni siquiera se atrevió a dejar que Su Yan le mamara el pene la primera vez que se acostó con él, por miedo a que le hiciera un trauma, y no hubiera ni segunda ni tercera vez.

Y Jing Hongzhuo, que se ha vuelto loco, es tan ignorante que  lanzó directamente la cabeza de la bestia malvada a la boca de Su Yan.

Desde el punto de vista de Jing Hongzhuo, se trata realmente de una escena indescriptiblemente bella: las pestañas húmedas del Señor Su colgando por debajo, las mejillas blancas aureoladas de un rojo sonrojado, el pene erecto del hombre en la boca cada vez más feroz. Los labios originalmente de color claro, torturados por la lujuria hasta enrojecerse e hincharse ligeramente, incluso la voz también debido a un largo tiempo gimiendo y llorando, a través de la ronquera de la impotencia...

Es una boca que es como una montaña de reglas y órdenes doradas. Es una boca que esconde mil volúmenes en su estómago y escupe capítulos bordados. Una lengua afilada como la hoja de un cuchillo, una boca que mata sin sangre.

Y la boca del Señor Su sostiene ahora su...

El cuerpo de Jing Hongzhuo se estremeció, y su semen, que llevaba mucho tiempo sin salir, por fin se derramó.

En el momento de la eyaculación, estaba ocupado retirando su glande, temiendo que eyacular en la boca del Señor Su sería una gran ofensa, sin embargo, llegó un paso demasiado tarde… una gran parte de su blancura se derramó.

Una gran porción del blanco turbio salpicó la cara de Su Yan.

Su Yan estaba demasiado conmocionado, su rostro estaba inexpresivo, su corazón no fluctuaba... No, en su interior había oleadas de furia.

¡Se lo había echado en la cara! Al igual que las actrices de los 200G de películas de acción amorosa seleccionadas en la colección de discos duros de su vida anterior, ¡terminó en su cara!

El alma de un hombre heterosexual fue sometida a un enorme insulto sin precedentes, ¡diez veces más humillante que la rotura de crisantemos!

¡Su Yan se enfureció, agarró la dura almohada de porcelana esmaltada que había sobre la cama y se la estampó en la cara a Jing Hongzhuo!

Probablemente fue debido al profundo potencial oculto en su cuerpo, que se despertó de repente por su ira sin igual; o debido a la conmoción y debilidad de la otra parte, no esquivó a tiempo. La almohada de porcelana dio de lleno en el blanco y lo rompió en pedazos.

La cabeza de Jing Hongzhuo estaba bien, pero Su Yan sufrió un corte en la palma de la mano por el rebote de la porcelana.

Se apretó con fuerza la palma sangrante, temblando de ira.

Los ojos escarlata de Jing Hongzhuo miraban fijamente la sangre igualmente escarlata del suelo, completamente ensimismado.

Su Yan respiró hondo, resistiendo por la fuerza el impulso de despedazar al guardia -no podía despedazarlo, aunque quisiera porque estaban protegido por el poder divino-, se levantó y salió de la cama con el rostro sombrío, recorrió el biombo con paso débil y hundió toda la cara en la bañera humeante.

Mientras se restregaba, se atragantó con un bocado de agua y tosió hasta el cielo.

Jing Hongzhuo recibió este golpe en la cabeza... no, se golpeó la cabeza y fue estimulado por la sangre que fluía de Su Yan. El Qi retrógrado de repente saltó a los meridianos originales y fue empujado por las habilidades activadas naturalmente, corriendo lentamente.

Cien ríos desembocaron en el mar y los afluentes desviados volvieron a su cauce; el extraño escarlata de sus pupilas se desvaneció poco a poco y recuperó sus ojos claros.

Todo antes y después de entrar en el mundo demoníaco estaba vívido en su mente, el rostro de Jing Hongzhuo palideció. Culpa, remordimiento, autoculpabilidad.... Innumerables emociones en el fondo del corazón fluctuando como agua hirviendo, recordó lo que le hizo al señor Su, y esas imprudentes, desvergonzadas palabras bastardas, odiaba directamente a su vena del corazón, quería apuñalarse con su espada, cien veces.

Su Yan terminó de atragantarse y toser, y rugió:

-        ¡Jing Hongzhuo!

Jing Hongzhuo se levantó y se acercó a él como un zombi, su expresión era rígida y quería morirse de vergüenza.

Su Yan se limpió la cara mojada, le presionó la nuca y lo metió directamente en la bañera:

-        ¡Sacúdete la mierda del cerebro! Si no pones tu puta mierda en orden, ¡voy a tener que llamar al soldado de infantería, Yang Yongxin, para que te lance un hechizo!

Toda la cabeza de Jing Hongzhuo fue empujada dócilmente al agua caliente, y él la golpeó y sacudió, haciéndola flotar y hundiéndose, salpicándola por todas partes. Si no hubiera utilizado inconscientemente su técnica de aire cerrado, ya se habría ahogado en la bañera.

Su Yan terminó de descargar su ira y su fuerza, jadeando, se sentó en el suelo junto a la bañera, luego cubrió el crisantemo devastado y se levantó con lágrimas en los ojos, dándole a Jing Hongzhuo una fuerte patada en la cicatriz de la cintura.

Después de esta patada, se arrepintió vagamente.

La cicatriz se la había infligido un afilado trozo de madera rota cuando Jing Hongzhuo rodó por una empinada pendiente mientras le protegía, hacía más de medio mes. Debido a la falta de medicamentos, no pudo limpiarse y desinfectarse a tiempo, la herida se inflamó y supuró, arrancó personalmente la carne podrida y le aplicó un manojo de hierbas desconocidas, con gran dificultad, antes de que se curara. Afortunadamente, no murió de infección bacteriana.

Debido a que la herida era demasiado profunda y no se había tratado adecuadamente a tiempo, aunque Jing Hongzhuo era experto en artes marciales, la piel sólo se había cubierto de costras y no sabía lo que ocurría en su interior.

No puede patear en ningún sitio, pero ¿por qué pateó en esta herida? En caso de que el riñón realmente se dañará...

Su Yan respiró hondo, por fin se calmó básicamente.

Jing Hongzhuo con el pelo largo mojado, cuerpo desnudo, goteando agua de forma desordenada. Con las rodillas juntas, se arrodilló delante de Su Yan.

-        ¿Qué haces, que te propones? Después de que el 'subordinado' ha terminado de cogérselo, ¿tiene que ser responsable ante su 'señor'? – La voz de Su Yan era sarcástica.

Jing Hongzhuo no se atrevió a levantar la cabeza, con las manos cerradas en puños sobre las rodillas, mostrando las venas. Dijo con voz ronca y sombría:

-        Todo es culpa mía, moriré por ello.


Nota de Traductora:


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Comentarios

  1. Pobre Su Yan Pero había una advertencia al inicio de esta novela así que lo esperaba

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