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C13: Siempre que Su Excelencia Su lo ordene, podría incluso quitarme la ropa y dejar que me registre a fondo sin dudarlo
"¿Qué quieres decir?" preguntó.
"No
hace falta que lo sepas", dijo el hombre, mirando a través de la ventana
el sinuoso río del color del cielo.
"Contrabandear
tanta pólvora, y sin embargo sólo almacenarla en la bóveda. Ni venderla ni
moverla. ¿Debo esperar a que alguien venga a husmear?" Apretó ligeramente
los dientes "¿Quieres que sea tu chivo expiatorio?"
El
hombre se rio de repente y se giró para mirarle.
"Inclusive
si no lo hago, ¿cuánto tiempo más puedes esperar? ¿Cuánto tiempo puede esperar
tu mujer?"
Tan
Jing se despertó bruscamente. Se sentó y secó el sudor frío de la frente. Sintió
algo pesado en su muñeca, las cadenas de metal sonaron con cada movimiento.
Debajo de él había un lecho de cola de gato húmedo. Tan Jing miró la ropa
blanca y pálida de prisionero que tenía sobre su cuerpo y se quedó aturdido
mientras el recuerdo de antes de desmayarse volvía lentamente.
Todo
había sucedido tan rápido que no había tenido la oportunidad de reaccionar. En
su borrosa memoria, sólo recordaba la sonrisa de Su Shiyu, y luego había
perdido el conocimiento, salvo por el dolor retorcido en la nuca.
Una
mirada al estado en que se encontraba era suficientemente claro. Bajó la cabeza
y dejó escapar una risa amarga.
Sonó
una voz suave y clara: "¿Estás despierto?"
A Tan
Jing le dio un vuelco el corazón. Levantó la cabeza para mirar al otro lado de
la celda. Alguien estaba de pie y recto contra la pared, mirándole a través de
los barrotes metálicos de la celda.
"El
Gran Secretario es realmente reservado en cuanto a sus habilidades en las artes
marciales" dijo fríamente Tan Jing.
"Me
elogias demasiado".
"Atrapado
con las manos en la masa; ¿por qué el Gran Secretario no concluye el caso, sino
que viene a este desafortunado lugar" Dijo Tan Jing.
"He
venido a verte" habló Su Shiyu.
Tan
Jing se rio con frialdad: "Pero no creo que haya ningún valor en mí que
merezca su visita".
"Recuerdo
el año en que te uniste a nuestras filas. Estabas lleno de ambición, dispuesto
a sacrificarte por el pueblo y la sociedad". Su Shiyu miró el lamentable
aspecto de la persona dentro de la celda. "Hoy has caído en este
estado".
"Me
temo que Su Excelencia el Gran Secretario tendrá que estar decepcionado".
Tan Jing se sentó despreocupadamente y dijo con sinceridad: "En el pasado,
en el presente, incluso hasta el mismo momento de mi muerte, no me arrepiento
de las cosas que he hecho. Incluyendo el enrolamiento como funcionario, así
como el contrabando y el comercio ilegal, asesinando a gente inocente".
"Suena
conflictivo", comentó rotundamente Su Shiyu.
"Es
muy sencillo, en realidad". Tan Jing bajó los ojos y dijo: "Su
Excelencia el Gran Secretario habría oído vagamente que mi esposa se había
caído una vez en un lago de hielo. Después de ser rescatada, tuvo una fiebre
que no cesó, y finalmente descendió a la locura. Desde entonces, está aquejada
de una enfermedad persistente; cada vez que la enfermedad la ataca, el dolor le
hace romper cosas, herir a otros e incluso lesionarse a sí misma sin control.
La enfermedad no tiene cura. Sólo recurre a la medicina para suprimir el dolor".
"¿Esta
es la razón por la que contrabandea mercancías para reunir dinero?"
"Mi
posición en la capital parecía brillante y llena de gloria. ¿Cuánta gente tenía
envidia? Pero comparado con lo que se necesitaba para esa medicina, era
imposible. Sin embargo, ¿cómo podía quedarme de brazos cruzados y ver cómo
moría de dolor?" Tan Jing sonrió amargamente. "Si ni siquiera podía
protegerla a ella, ¿cómo podría proteger la vida de la gente?"
"Si
tu mujer supiera que esto es en lo que te has convertido por ella, preferiría
morir antes que dejarte andar por este camino" dijo Su Shiyu.
"Ella
nunca entendería estas cosas". Tan Jing miró fijamente las marcas de los
dientes en sus muñecas, su voz se suavizó un poco. "Me he pasado un año
entero haciendo que me recuerde de nuevo, y otros dos años enseñándole a
escribir mi nombre. Aquella vez, cuando su enfermedad volvió a hacer acto de
presencia, me mordió la mano hasta ensangrentarla cuando intenté sujetarla.
Cuando recuperó la conciencia, me acunó la mano y siguió llorando, pero no
podía hablar. Lo único que sabía era derramar lágrimas mientras decía A-Jing,
A-Jing” Tan Jing se detuvo de repente, reprimiendo el sollozo en su
garganta. Levantó la cabeza para mirar a Su Shiyu "Si hubieras sido tú,
¿podrías soportar verla sufrir?"
Su
Shiyu permaneció en silencio por un momento, y luego dijo: "Como es una
enfermedad incurable, la forma en que la mantuviste a la fuerza en este mundo
mortal es el verdadero sufrimiento".
"Su
Shiyu" Como si hubiera escuchado algo hilarante, Tan Jing se rio de
repente "¿No tienes corazón?"
Su
Shiyu lo miró en silencio.
"¿Qué
tiene que ver eso conmigo?"
"¿No
se ha enamorado nunca Su Excelencia el Gran Secretario?" Tan Jing sacudió
la cabeza y se burló: "Antes la gente murmuraba en secreto que usted no
tenía ni corazón ni amor. Pensé que estaban furiosos por no poder casar a sus
hijas contigo, pero no podía imaginar que fuera cierto". Miró fijamente a
los ojos de Su Shiyu, su tono goteaba de desprecio. "Realmente lamentable
y trágico".
Su
Shiyu le miró, sin que le afectaran sus palabras. Después de que la risa de Tan
Jing se apagó, Su Shiyu habló lentamente una vez más: "Ocupo el puesto de
supervisión y de juez. Ya que afirmas que no tengo corazón ni amor, sólo puedo
decir que es una coincidencia".
Tan
Jing resopló y guardo silencio.
Su
Shiyu se acercó lentamente a él. Sólo había una puerta de la prisión entre
ellos.
"Dijiste
que todo era por tu esposa, pero recuerdas que, según tus crímenes, ella
también tendrá que ser ejecutada".
La
expresión de Tan Jing cambió.
"Este
caso tuyo está totalmente bajo mi control. ¿Las cosas que me dijiste fueron
para hacerme enfurecer, o para salvar a tu esposa?" Su Shiyu le miró en
silencio.
Tan
Jing abrió la boca y cerro, sin hablar. Después de unos minutos dijo:
"¿Con qué propósito ha venido aquí Su Excelencia el Gran
Secretario?".
Su
Shiyu retiró la mirada y levantó una mano para quitarse el polvo de las mangas.
"¿Quién
es el orquestador de ese lote de pólvora?"
"¿No
lo sabrías después de haber visto las cuentas?"
Su
Shiyu le lanzó una mirada y se rio ligeramente.
"Ya
sea que las cuentas sean verdaderas o falsas, tengo mis maneras".
Tan
Jing bajó la cabeza para evitar los ojos de Su Shiyu, con el corazón acelerado.
En su
memoria, el hombre que estaba junto a la ventana le había dicho: "Sólo
diles lo que te dije que dijeras, entonces puedo garantizar la seguridad de tu
esposa".
El
hombre ante sus ojos dijo: "Siempre pensé que eras alguien de buen
juicio".
Su
corazón se hundio y Tan Jing cerró los ojos. Palabra por palabra dijo: "El
Príncipe de Huainan".
En
Xiaoshu [1] de junio, los finos sauces y lotos flotaban en el viento. El
color verde de los árboles era como un brocado, las golondrinas y las
oropéndolas se arremolinaban. El joven acariciaba distraídamente el libro
abierto sobre el escritorio mientras las carpas saltaban desde las orillas del
lago de color verde, como si alcanzaran los lotos rojos de su túnica.
Su
Shiyu siguió a una sirvienta en este escenario. La sirvienta se inclinó y se fue;
Chu Mingyun levantó perezosamente la mirada, y al ver que era él, sonrió.
"Eh,
qué invitado tan raro. ¿Cómo se le ocurrió a Su Excelencia Su venir a mi
casa?"
Su
Shiyu se acercó a él y sonrió débilmente.
"Naturalmente,
es para ciertos asuntos".
Al
salir de la bóveda, cotejó esas cuentas y tal como había dicho Tan Jing:
escrito claramente en tinta estaba el nombre del Príncipe de Huainan. Su Shiyu
sintió un poco de desconfianza al respecto, así que se adelantó a leer y se dio
cuenta de que faltaban dos páginas en las cuentas. Esas dos páginas estaban
arrancadas limpiamente, dejando sólo unas tiras arrugadas. Si no fuera porque
las había mirado de cerca, nunca se habría fijado en ellas.
"Si
dijeras que me has echado de menos, estaría mucho más contento" Chu
Mingyun le miró con una sonrisa y señaló los melocotones de la mesa
"¿Quieres uno?"
"No
es necesario. Después de hacer mi pregunta, me iré". Su Shiyu lo miró y dijo:
"Su Excelencia Chu, ¿todavía recuerda el libro de cuentas que tomó en la
bóveda hace dos días?"
"Lo
recuerdo".
"Dos
páginas de ese libro de cuentas fueron arrancadas. ¿Su Excelencia Chu sabe algo
al respecto?"
"¿Han
desaparecido dos páginas?" Chu Mingyun apoyó su codo en la mesa de piedra,
ladeando la cabeza y sonriendo a Su Shiyu. "Entonces, ¿piensa Su
Excelencia que lo he tomado y por eso ha venido a buscarme?"
"Es
absurdo; cómo podría Su Excelencia Chu utilizar ese tipo de método
solapado". Su Shiyu se encontró con sus ojos, su sonrisa débil, insinuando
sus palabras "He venido aquí pidiendo pistas, que puede ayudar a mi
búsqueda".
Después
de ser regañado implícitamente, la expresión de Chu Mingyun no cambió. Dijo
honestamente: "No tengo ninguna pista".
"Cuando
Su Excelencia Chu abrió las cuentas, ¿no notó que faltaban dos páginas?"
Su Shiyu insistió.
"No
lo sé" respondió secamente Chu Mingyun.
"Ya
que este es el caso, ¿su Excelencia Chu vio a alguien más en la bóveda?"
"No."
"Su
Excelencia Chu tal vez debería pensarlo más detenidamente, no hay prisa por
responder. Tengo paciencia para esperar un momento" respondió Su Shiyu con
una sonrisa.
"Si
su Excelencia Su se niega a creerme, ¿por qué no lo busca usted mismo?"
Chu Mingyun extendió sus brazos hacia él, sonriendo arrogantemente
"Mientras Su Excelencia Su lo ordene, podría incluso quitarme la ropa y
dejar que me registre a fondo sin dudarlo".
Su
Shiyu miró hacia otro lado, con una expresión inmóvil. Por un momento, no dijo
nada.
"¿Eres
demasiado tímido para preguntar?" Chu Mingyun parpadeó ligeramente, sus
ojos brillaban como el reflejo centelleante de las aguas de manantial. Levantó
la mano para sujetar su propia túnica. "Entonces, ¿debo quitármelas yo
mismo?"
Cuando
terminó de hablar, se tiró de la túnica. Una clavícula clara y pálida apareció
inmediatamente. Su Shiyu giró la cabeza hacia un lado para apartar la mirada.
Levantó la mano para detenerlo: "... Me he equivocado. Buscaré las páginas
que faltan en otro lugar. Me disculpo por ser una molestia para Su Excelencia
Chu".
Obviamente
Chu Mingyun sabía que no había nada que Su Shiyu pudiera hacer, por lo tanto le
dio a Chu Mingyun el coraje para atreverse a ser tan descarado y audaz. Dejando
de lado el apartar la vista de las cosas inapropiadas, entendió que Su Shiyu no
quería involucrarse con él. No era sólo porque atesoraba su reputación, sino
porque las Facciones Chu y Su habían estado luchando durante años; si él y Su
Shiyu se acercaban demasiado, incluso el Emperador sospecharía de él.
(N/T:
Awww un romeo y julieta chino xD)
Ahora,
realmente pensaba que este rival suyo era increíblemente interesante.
La
sonrisa en los labios de Chu Mingyun se profundizó, mientras estudiaba la
expresión de Su Shiyu con gran interés.
"Está
bien. Me hace feliz ver a su Excelencia Su. ¿Quieres que te acompañe de
vuelta?"
"No
hay necesidad de la molestia". Su Shiyu siguió negándose a mirarle. Se dio
la vuelta y se encamino.
"Ah,
cierto, Su Excelencia Su," Chu Mingyun lo llamó de repente, ajustando su
túnica con una sonrisa casual mientras decía: "Me olvidé de decir, Su
Excelencia Su no sólo es hermoso en apariencia, tu figura es igual de
atractiva. Incluso cuando está disgustado, parece más guapo de lo normal".
“...” De
espaldas a Chu Mingyun, una sombra oscura cruzó los iris de Su Shiyu. Su voz era
tan indiferente como siempre. "Halagador. Adiós".
Justo
cuando salía de la Residencia del Gran Mariscal, Su Bai le saludó.
"Joven
Maestro, ¿cómo le fue?"
"Como
siempre" dijo Su Shiyu "Esas dos páginas del libro de cuentas nunca
serán encontradas. He venido aquí sólo para probarlo. Ahora, podemos estar
seguros de quién es el que tomó esas dos páginas".
"Pero
no hay pruebas. No podemos dejarlo ir así, ¿verdad?" Su Bai de repente tuvo
una idea "Cierto, Joven Maestro, ¿no podríamos acusarle de destruir
pruebas intencionadamente? ¡Al menos podríamos darle una lección!"
Su
Shiyu suspiró, sintiendo un dolor de cabeza.
"No
tengo interés en que los demás sepan cómo cayó el libro de cuentas en sus
manos".
La
cara de Su Bai se volvió estoica.
"¿No...
lo arrebató por la fuerza bruta?"
Su
Shiyu miró intensamente a Su Bai, pero no le respondió.
...
GLOSARIO:
[1]小暑: Los calendarios
tradicionales de Asia Oriental dividen un año en 24 términos solares. Xiaoshu
es el undécimo término solar. Comienza cuando el Sol alcanza la longitud
celeste de 105° y termina cuando alcanza la longitud de 120°.
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ResponderBorrarFuerza bruta no fue jejeeeee
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