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Capítulo 06
Xin Yunshen sostenía una jarra
de vino en la mano, caminando borracho y sin rumbo por la calle, levantando la
jarra de vez en cuando para verter unos cuantos tragos, derramando vino por
todas partes sobre su barbilla y cuello. Evidentemente, aún era un hombre
joven, pero su aspecto era un poco profundo y abatido, lo que hizo que los
peatones se fijaran en él.
Hay mucha gente del jianghu en
el pueblo, algunas atrevidas mujeres del jianghu se acercaron para detenerle.
- ¿Por qué xiao gē
(hermanito), que es tan hermoso y poderoso, se emborracha solo? ¿quiere
contármelo?
La mujer no parece muy mayor,
con un rostro rojo y blanco muy bonito, y un par de ojos brillantes aún más
agradables a la vista.
Xin Yunshen la miró, con un
par de ojos ebrios de flor de melocotón, parece estar un poco aturdido, sólo
mira a las demás sin decir nada. Miró un largo tiempo, la mujer incluso
ligeramente evitada su línea de visión, bajó la cabeza de lado un poco tímida,
ya no hablaba con la audacia de hace un momento.
Sólo después de mucho tiempo,
Xin Yunshen dijo:
- Ves que tengo la apariencia
de un dragón y un fénix. ¿Sabes quién soy?
(N/T: 龙凤之姿, Apariencia dragón-fénix, lóng fèng zhī zī. descripción
de la apariencia de un noble o emperador.)
La mujer se congeló por un
momento. Este tipo de conversación no era más que un comentario casual, pero no
esperaba que la otra parte fuera tan seria, cómo iba a responder.
- Yo soy, Xin Yunshen. – Xin
Yunshen se señaló a sí mismo y sonrió.
La mujer parpadeó y luego se
dio cuenta:
- ¡Ah, así que es el shidi de
Chu Feiyang, el joven maestro de la Secta de la Espada Qingfeng! Lo siento
mucho.
- ¿Se está disculpando con Chu
daxia o con la Secta de la Espada Qingfeng? – El rostro de Xin Yunshen
estaba desencajado, lo que provocó que volviera a formular la pregunta.
- No me gustas, vete. – Xin
Yunshen tropezó con la mujer, murmurando en voz baja ignorando el rostro de
disgusto instantáneo de la mujer.
Cuando Gao Fang lo encontró,
vio a un pequeño borracho sentado pétreamente junto a un puesto de verduras.
El corazón de Gao Fang, que
estaba un poco preocupado, se relajó, se acercó y se puso en cuclillas frente a
él, pero no pudo evitar reírse un poco.
Este chico siempre ha sido el
más ostentoso, ¿cuándo había estado en un estado tan lamentable? El
viejo granjero que vendía verduras a un lado miró a Gao Fang con cara dura, no
sabía cuánto tiempo llevaba siendo importunado por Xin Yunshen de esta manera.
Se sienta aquí así, haciendo imposible que la gente haga negocios, y ni
siquiera se le puede echar.
Gao Fang se disculpó ante el
viejo granjero, suspiró, se agachó para levantar a Xin Yunshen y lo puso sobre
sus hombros.
- No eres más que un niño que
ni siquiera sabe emborracharse. – Gao Fang sacudió la cabeza y dijo: - Tienes fama,
dinero y antecedentes familiares, qué clase de dificultades puedes tener, y
todavía estás aquí fingiendo dificultades celestiales.
¿Dificultades celestiales?
Puede que sí cuente. Pero es el hecho de que sea de buena familia
lo que le molesta. ¡La mitad de la gente del mundo se reiría de la idea de que
un hombre como él no sepa lo que le conviene! Es un petimetre.
Pero los problemas son los
problemas, como una fina espina en el corazón, no molesta cuando no se toca,
una vez tocada es un dolor ardiente.
Xin Yunshen enterró su cara en
el cuello de Gao Fang y se lo frotó:
- Xiao Fang, si yo no fuera el
shidi de Chu Feiyang, ¿aún me tratarías así?
Gao Fang no sabía lo que
intentaba decir, pero respondió:
- ¿Qué tiene que ver con Chu
Feiyang? Eres un hombre joven, pero piensas mucho. – Si no fuera por tu
bondad salvadora y tu atento cuidado, ¿cómo podría preocuparme tanto por ti e
incluso molestarme en convertirme en una figura paterna?
Las dudas de Xin Yunshen
probablemente tenían algo que ver con la mentira que había contado. A Gao Fang
le dolía un poco la cabeza, es mejor esperar a que Xin Yunshen esté sobrio para
hablar de ello, y contarle también lo del maestro de la secta.
Xin Yunshen se desplomó sobre
el hombro de Gao Fang y le murmuró al oído:
- Será mejor que no me estés
mintiendo...
- ah y ¿qué me vas a hacer? –
Gao Fang no pudo evitar reírse. ¿Este chico se atrevía realmente a
amenazarle?
- No tienes permiso para ver
al Dashīxiōng. – Continuó Xin Yunshen, su enunciación no era clara, la
boca le olía a alcohol, pero era muy testarudo, y apretó con fuerza la mano de
Gao Fang, - ¿Me oyes?
- Si, si – dijo
perfunctoriamente Gao Fang, acelerando el paso para llevar al borracho de
vuelta a la posada.
- Eso está mejor... – Xin
Yunshen hipó, aliviado, - Xiao Fang, tú... tienes que ser bueno, escúchame,
seré bueno contigo...
Gao Fang no pudo evitar poner
los ojos en blanco… Este chico realmente se está buscando una paliza.
De vuelta en la posada, tirando
el hombre en la cama, Gao Fang se golpeó los hombros doloridos, dispuesto a
prepararle una sopa para la sobriedad.
Antes incluso de que saliera
de la casa, Xin Yunshen estaba tumbado en la cama, gimoteando e inquieto,
aparentemente muy dolorido.
Gao Fang volvió a la cabecera
de la cama, tomó la mano de Xin Yunshen y se la puso en la muñeca:
- Yunshen, ¿qué te pasa? ¿dónde
te duele?
Las yemas de los dedos de Gao
Fang se movieron sobre su muñeca y sus cejas se fruncieron. El pulso de Xin
Yunshen estaba alterado, a veces rápido y a veces lento, definitivamente no era
tan simple como una borrachera de vino.
- Xiao Fang... Xiao Fang, me
siento mal... – Xin Yunshen gritó angustiado, rasgándose el cuello de la camisa
y apretando los puños sobre la frente y el pecho. - ¡Me duele la cabeza, me
duele el corazón, me duele…!
Gao Fang se sobresaltó y supo
que el veneno estaba atacando.
Al principio, después de
tantos días sin efectos, Gao Fang aún guardaba un rayo de esperanza, quizá Murong
Xiao estaba mintiendo, tenía una intención, en realidad Xin Yunshen estaba
bien. Pero ahora la verdad ha destrozado todas las esperanzas.
Gao Fang sacó unos polvos de
su bolsillo, los mezcló con el té y se los dio a Xin Yunshen, con la esperanza
de aliviar su dolor. Pero el efecto fue sólo momentáneo, Xin Yunshen se quedó
callado un rato y volvió a sentir dolor.
La tristeza del rostro de Xin
Yunshen no se reducía, el sudor frío perlaba, las pestañas de los ojos
fuertemente cerrados estaban húmedas, parecían lágrimas de cristal. Sin
embargo, no derramó lágrimas, a pesar del dolor, contuvo la respiración, no
quería permitirse como de costumbre llorar para desahogarse.
A Gao Fang le duele el
corazón, pero por el momento no hay otro remedio. Xin Yunshen le abrazó y no le
soltó, enterrando la cara en sus brazos, como si eso le hiciera sentirse mejor.
Gao Fang siguió su fuerza y se
tumbó en la cama, sosteniendo al chico tembloroso en sus brazos y acariciándole
la espalda una y otra vez.
Xin Yunshen tenía fiebre alta
en la frente y ya deliraba un poco, murmuraba algo en voz baja, y alguna que
otra frase clara sólo hacía que el corazón de Gao Fang doliera aún más.
- Dashīxiōng... Dashīxiōng
no te vayas... No quiero la posición del maestro, no te tienes que ir más...
- Xiao Fang… Xiao Fang…
- Estoy aquí. – Gao Fang besó
su frente tranquilamente, con el ceño fruncido.
- Xiao Fang, te amaré, te
protegeré... Puedo hacerlo... cuando crezca, cuando sea más fuerte...
- Shh... Lo sé, lo sé,
esperaré a que te mejores, esperaré a que crezcas... – Gao Fang apretó los
brazos, estrechando aún más al joven en su abrazo.
Gao Fang abrazó a Xin Yunshen
y esperó a que se le pasara el veneno, hasta que por fin se durmió de
cansancio, entonces puso con cuidado a Xin Yunshen en la cama, tomó ropa seca
para cambiarle y lo cubrió con una fina manta.
Gao Fang se quedó de pie junto
a la cama y miró a Xin Yunshen durante un momento, sus ojos eran profundos, se
dio la vuelta y salió.
***
- ¡Murong Xiao! – Gao Fang
abrió de una patada la puerta de la habitación de Murong Xiao e irrumpió con
una mirada sombría.
Unos cuantos discípulos de la Secta
Fenxin le siguieron por detrás, un poco sin saber qué decir, parecía que
querían detener a Gao Fang pero no se atrevían a hacerlo.
Murong Xiao levantó la cabeza
del borde de la caja de libros, miró a Gao Fang y dijo a los dos discípulos que
tenía detrás:
- Salgan primero.
Los dos discípulos se
sintieron muy aliviados, hicieron una reverencia y se apresuraron a salir.
- Mi Doctor Divino está aquí,
me pregunto qué querrá – Murong Xiao miró a Gao Fang con una sonrisa.
- Murong Xiao, no juegues,
¡quiero que partas de vuelta a la Secta Fenxin ahora mismo! – Dijo Gao Fang con
enfado.
Secta Fenxin suspiró un
momento y dijo:
- ¿Xin shaoxia sigue
con los efectos del veneno?
Gao Fang gruñó y no dijo nada.
Murong Xiao sacudió la cabeza
y dijo:
- Gao gōngzǐ, ya sabe,
el veneno de su cuerpo es sólo un veneno residual, unos pocos ataques no le
matarán. Pero aún tengo asuntos importantes que atender, no puedo demorarme, no
volveré ahora pase lo que pase.
Gao Fang, sin embargo, no
escuchó en absoluto, golpeó la mesa con las manos y apretó los dientes,
diciendo:
- ¡Vámonos de inmediato!
- Cómo puedes ser tan poco
razonable. – Murong Xiao no pudo evitar reír, agitando el abanico plegable que
tenía en la mano, - Sin embargo, es bastante lindo, a este Maestro de Secta le
gusta.
- Si no va a regresar,
entonces envíe a algunos de sus discípulos para que nos guíen y nos lleven de
vuelta a la Secta Fenxin. Mientras consigamos la flor y curemos el veneno de
Xin Yunshen, haré lo que quiera. – Gao Fang agarró su abanico y habló con una
fuerte sensación de frustración.
Sabía que el veneno no mataría
a Xin Yunshen, pero con cada ataque, el veneno residual penetraba más
profundamente en su mente, y cuanto más se prolongara, más daño haría al cuerpo
de Xin Yunshen. No podía permitirse esperar.
Murong Xiao sacudió la cabeza
y dijo:
- No. La Flor del Amor crece
dentro de la tierra prohibida de la Secta Fenxin. Sin mí, nunca permitirán que
entren extraños.
- ¡Tú! – Gao Fang estaba a
punto de rechinar sus dientes de plata con odio, - ¡Entonces vámonos, ahora!
Murong Xiao estaba a punto de
negarse, pero vio un movimiento en la manga de Gao Fang, sabía que era el
preludio del veneno de Gao Fang, inmediatamente se estremeció y se puso en
guardia.
Aunque los meridianos de Gao
Fang están dañados y no puede practicar artes marciales, no hay que subestimar
su capacidad para utilizar el veneno. Aunque Murong Xiao nunca lo ha visto, tampoco
se atreve a tomar a la ligera al enemigo, con un giro de cintura fuerte, se dio
la vuelta y se deslizó fuera de la silla, pisando fuerte y dejando al instante
el lugar elevado a decenas de metros de distancia, retrocediendo hasta el otro
extremo de la habitación.
Los labios de Gao Fang
esbozaron una fría sonrisa, Murong Xiao se sintió mal al verle así, pero no
podía adivinar qué táctica iba a utilizar, así que naturalmente no sabía cómo
defenderse, y sólo podía intentar alejarse de él primero.
No sabía lo que Gao Fang tenía
escondido en la manga, pero sólo vio que su mano derecha se alzaba y la
levantaba hacia el aire, un trozo de humo rosa se extendió, y ese humo se juntó
y dispersó, e incluso se congeló en varias flores de melocotón, que se
extendieron en todas direcciones.
Un olor dulce luz llegó, Murong
Xiao apresuradamente aguantó la respiración y se concentró, empujando con la
palma de la mano para dispersar la fragancia que llenaba el aire. Luego golpeó
con la otra palma a Gao Fang, que estaba frente a él, solo para intentar
contenerlo primero.
Cuando golpeó con la palma,
Gao Fang, que estaba claramente frente a él, desapareció en un instante, tan
rápido que no pudo atraparlo a tiempo.
Murong Xiao estaba asombrado y
desconcertado, obviamente Gao Fang no puede practicar artes marciales no
tiene fuerza interna, ¿de dónde había sacado un cuerpo tan ligero y grácil?
Tras pensarlo un momento, Murong
Xiao comprendió.
No es que Gao Fang sea rápido,
sino que ya ha sido envenenado por él y ha caído en la ilusión.
Si ambos luchaban por sus
vidas y Gao Fang no le envenenaba en un solo movimiento, entonces había perdido
la oportunidad. Hiciera lo que hiciera, Murong Xiao confiaba en poder acabar
con él en una sola barrita de incienso.
Pero ahora no era el momento
de luchar por su vida. Gao Fang no le había matado cuando golpeó, y él tampoco
tenía intención de herir a Gao Fang. Si esto se alargaba, no sería nada bueno
para él.
Murong Xiao vio claramente la
situación, detuvo violentamente su mano y dejó escapar un largo suspiro:
- Gao gōngzǐ, admito mi
derrota, somos amigos, no enemigos, no malgaste su energía aquí.
Tan pronto como sus palabras
cayeron, un trozo de verde parpadeó de repente frente a él, y unas cuantas
hojas verdes flotaron desapareciendo sin dejar rastro, Gao Fang apareció de
nuevo frente a él tras las hojas verdes.
Murong Xiao se acercó y dijo
con una sonrisa:
- Sólo sabía que la habilidad
de Gao gōngzǐ para utilizar el veneno no tenía rival en el mundo
jianghu, pero nunca imaginé que Gao gōngzǐ haría este kung fu tan
hermoso, es realmente un par de manos maravillosas, y también una persona
maravillosa.
Murong Xiao tomó la mano de
Gao Fang, este no se la estrechó, sólo dijo fríamente:
- Ahora el Maestro de la Secta
Murong puede partir.
Murong Xiao dijo impotente:
- Si digo que no me iré, ¿me
dejará ocuparme de mis asuntos en paz?
Gao Fang le mira sin decir una
palabra.
Murong Xiao dijo impotente:
- Bien, bien, escuche, dejémoslo
por hoy. Realmente no sé qué clase de droga le ha dado ese chico para que sea
tan parcial con él.
El experto retiró la mano y
resopló con desdén:
- El líder de secta Murong
solo tiene segundas intenciones conmigo. Es solo una cuestión de intereses. Líder
de secta Murong ya no necesita fingir que es tan familiar conmigo. – Dicho
esto, se dio la vuelta y salió.
Detrás de él, Murong Xiao
dijo: -
- Gao gōngzǐ, ¿por qué
no me pregunta lo que quiero que haga? Está tan preocupado por la seguridad del
chico, ¿no piensa en su propio destino?
Gao Fang se detuvo en seco.
- No importa lo que quiera
hacer, no renunciaré a salvar a Xin Yunshen ¿Qué diferencia hay si pregunto o
no? Aunque pregunte, ¿me dirá la verdad, líder de secta Murong? – Tras decir
esto, se marchó a grandes zancadas.
Murong Xiao miró a su espalda
mientras se alejaba, pero no pudo evitar suspirar. Sobre la mesa se extendía un
trozo de papel, levantó la pluma para escribir durante largo rato, lentamente
dejó caer la tinta, aburrido escribió unas palabras.
Suave y elocuente es todo
natural.
Después de escribirlo y
admirarlo durante un rato, volvía a enrollarlo y lo tiraba a un lado para
continuar con su trabajo anterior.
Como Murong Xiao había
accedido a la petición de Gao Fang, no se demoró más y ese mismo día ordenó a
todos los discípulos de la Secta Fenxin que se prepararan y sólo esperó al día
siguiente para partir temprano por la mañana.
Por la noche, Xin Yunshen
permaneció en la habitación de Gao Fang durante mucho tiempo y no mostró ningún
signo de dolor por el veneno durante el día.
Gao Fang le tocó la parte
superior de la cabeza.
- No vuelvas a beber, esta vez
el veneno parece que se activó por la embriaguez, no eres serio con tu propio
cuerpo, has aprendido a beber a una edad temprana.
- Tengo pena en el corazón y
necesito ahogar mis penas en vino. – Xin Yunshen suspiró.
- ¿Sólo tú tienes
preocupaciones? – Gao Fang se rió – Bueno, se está haciendo tarde, no sigamos,
vuelve a dormir. Partiremos mañana temprano, e iremos a la Secta Fenxin a
buscar el antídoto para ti.
Xin Yunshen se sentó con las
piernas cruzadas en una silla y sacudió su cuerpo, diciendo:
- ¿Dónde está la Villa Qinghua?
Hace mucho tiempo que no los veo.
- ¡¿Por qué les preguntas?! –
Gao Fang le miró: - Lo más importante es que primero te desintoxiques. Aunque
la Villa Qinghua tiene poca influencia, sigue ocupando un lugar especial en el
mundo de las artes marciales debido a sus justas acciones de eliminar demonios
y defender el jianghu hace muchos años. Si no entiendes los pros y los contras,
no los provoques de forma casual.
Xin Yunshen rozó su boca,
saltó al suelo con un sonido ha-ha, se estiró, una ropa de brocado
envolvía un suave cuerpo joven, glamuroso y muy apuesto.
Xin Yunshen no se marchó, sino
que fue directamente a la cama de Gao Fang, se tiró sobre ella, enterró la cara
en las mantas y murmuró:
- Hoy dormiré aquí. Ahora
estoy muy débil y no es seguro para mí dormir solo.
Gao Fang miró su aspecto
pícaro, pero tampoco podía soportar echarle, sacudió impotente la cabeza, bajó
las manos que estaban ordenando el equipaje, se acercó para ayudarle a quitar
las botas.
- Xiao Fang, ¿por qué crees
que Murong Xiao es tan amable y está tan dispuesto a darme el antídoto? – Xin
Yunshen abrazó la colcha, se revolvió dos veces en la cama, dejando la mitad de
la cama para Gao Fang – debe estar tramando algo.
Gao Fang dio un golpe con las
manos, sonrió y dijo:
- No necesitas pensar
demasiado. Murong Xiao era originalmente un hombre caballeroso como tú, shīxiōng,
además, salvar tu vida es sólo cuestión de levantar un dedo, pero también a la Secta
de la Espada Qinfeng es como hacerle un favor, ¿por qué no iba hacerlo?
- Él no es como mi dashīxiōng.
– Dijo Xin Yunshen con un mohín – Mi dashīxiōng nunca será tratado como
un demonio por el Jianghu como él.
Cuando Xin Yunshen terminó de
hablar, no esperó la respuesta de Gao Fang, así que observó con la respiración
contenida como Gao Fang caminaba y continuaba haciendo su maleta.
- Xiao Fang, es tarde, hazlo
mañana. – dijo Xin Yunshen lastimosamente, enterrando su cara en la colcha,
sólo dejando ver un par de ojos para mirar a Gao Fang – Sube a la cama.
Gao Fang le ignoró, pero
siguió quejándose. Finalmente, Gao Fang envolvió su equipaje y abrió su propia
bolsa pequeña, comprobando las medicinas y las agujas de plata que había dentro
antes de irse a la cama con tranquilidad.
En cuanto Gao Fang se sentó en
la cama, Xin Yunshen se inclinó hacia él y le agarró por los hombros. Xin
Yunshen le pasó una mano por detrás de la cabeza, le desató la cinta del pelo y
una cascada de cabello largo cayó.
Xin Yunshen le pasó una mano
por el pelo y exclamó suspirando:
- Xiao Fang...
- ¡¿Mmm?! – Gao Fang respondió
suavemente con los ojos cerrados.
- Está bien, sólo quería
llamarte. – Xin Yunshen enterró su cara en el pecho de Gao Fang, inhalando
profundamente – Xiao Fang, me gustas tanto.
Gao Fang sonríe débilmente en
la oscuridad y levanta la mano para acariciar la cabeza de Xin Yunshen.
- Ya lo sé. ¿No te gusta
también tu dashīxiōng?
- ¡No es lo mismo! – Xin
Yunshen se molestó un poco - ¡Tú no eres como él! ¡Yo, yo no querría hacerle
eso a dashīxiōng! – Dijo, y con todo su coraje, se acercó a la cara de
Gao Fang y le besó sin pensárselo.
- ¡Este tipo de cosas! – Xin
Yunshen resopló, mirando a Gao Fang con énfasis.
Gao Fang se quedó aturdido por
un momento, sin saber qué responder.
Xin Yunshen besó, aún no se
sentía satisfecho, le lamió los labios, se levantó de repente y cubrió a Gao
Fang, le abrazó, algo nervioso: - Xiao Fang, ¡¿puedo... puedo hacer esto?!
El rostro se acercaba más y
más, tan cerca que Gao Fang pudo ver un brillo vidrioso en aquellos ojos
claros, centelleantes en la oscuridad.
Los labios se rozaron, un roce
de libélula.
- ¿Puedo...?
La voz de Xin Yunshen era como
un murmullo soñador, con algo de embriaguez.
Gao Fang no pudo evitar poner
la mano en el hombro del joven e intentó apartarlo, en cuanto lo hizo, vio una
mirada de resignación en sus ojos y no pudo soportar apartarlo más.
- Me han envenenado, y el
veneno es tan fuerte... – Xin Yunshen murmuró mientras se recostaba en el
hombro de Gao Fang. – Querré hacerte cosas raras y querré… intimidarte.
- ¡¿Intimidarme?! – Gao Fang
no pudo evitar reírse suavemente, un ligero temblor en su pecho recorrió su
cuerpo hasta el pecho de Xin Yunshen, haciendo que el corazón de su interior
casi latiera fuera de ritmo.
- ¿Cómo vas a intimidarme,
mocoso?
- ¡¿Está bien esto?! – La
palma de la mano de Xin Yunshen trazó hacia abajo, siguiendo la esbelta y
flexible cintura, deshaciendo lentamente el nudo de la tela del cinturón.
Con una mirada inocente, pidió
la opinión de Gao Fang como si no tuviera nada que ver con aquella mano cada
vez más revoltosa.
- Yunshen, deja de hacer el
tonto, vete a dormir. – Gao Fang agarró la mano que estaba dando problemas, con
las cejas ligeramente arrugadas.
- Xiao Fang, ¿no quieres? –
Xin Yunshen le miró con la cara aguada, como si hubiera sufrido un gran
escarmiento, sólo que su mano seguía obstinadamente reacia a abandonar su
cintura.
- ... – Gao Fang se quedó en
silencio. ¿Por qué había accedido…? ¿Qué clase de razonamiento es éste? La
última vez, le dejé hacer lo que quisiera para librarme de la droga por él,
pero ahora que está claramente sobrio, volver a hacer algo así tendría un
significado completamente distinto.
Cuando Gao Fang no se acomodó
a él, Xin Yunshen se volvió repentinamente testarudo, y con su fuerza en las
artes marciales, fue capaz de suprimir al impotente Gao Fang con facilidad. Xin
Yunshen estaba seguro de que Gao Fang no utilizaría veneno contra él, aunque
fuera una droga común. Gao Fang cuidaría su cuerpo, temiendo dañarlo.
Xin Yunshen arremetió de
repente, agarró las dos manos de Gao Fang por encima de la cabeza, las
inmovilizó con una mano y se sentó de rodillas a ambos lados del cuerpo de Gao
Fang, sin decir una palabra, y empezó a arrancarle la ropa.
- ¡Yunshen! ¿Qué estás
haciendo? – Gao Fang luchó por mover sus manos, sólo para sentir el dolor en
sus muñecas, este tipo estaba usando mucha fuerza, intencionadamente no le
dejaba liberarse.
- ¡Suéltame ahora!
- ¡No! – Xin Yunshen jadeó con
fuerza, sus ojos enrojecieron y se inclinó para besar a Gao Fang.
Gao Fang apartó la cabeza de
él, incapaz de patear al voluntarioso amiguito entre sus piernas, y dijo
enfadado:
- ¡Xin Yunshen, tienes que
parar!
- ¡¿Por qué no estás
dispuesto?! – Xin Yunshen también dijo enfadado: - ¿Estarías dispuesto a entregarte
a dashīxiōng? Xiao Fang, te salvé, ¡eres mío!
Tras decir eso, agarró la
barbilla de Gao Fang, sin dejar que se escondiera más, y le besó con fuerza.
Sin saber besar en absoluto,
Xin Yunshen sólo pudo lamer los labios de Gao Fang con avidez. En su vago
recuerdo de aquella noche, sólo estaba la suave aceptación de Gao Fang, que le
guiaba. El Gao Fang que le rechazó tan duramente con los dientes cerrados era
totalmente desconocido para Xin Yunshen, y tuvo la sensación de sentirse
herido.
Gao Fang es suyo, se supone
que Gao Fang debe obedecerle, ¿por qué rechazarle ahora?
Xin Yunshen golpeó
ansiosamente con la lengua los dientes perfectamente alineados, pero no pudo
entrar, así que se volvió para besar la cara de Gao Fang, que estaba tan húmeda
que parecía que la hubiera lamido un perro grande.
Aunque Gao Fang estaba molesto
por su grosería, no pudo evitar sentirse divertido. Pero cuando Xin Yunshen
empezó a desabrocharle los pantalones, ya no pudo reír más.
- ¡Yunshen! ¡No actúes sin pensar!
– dijo bruscamente Gao Fang, y empezó a intentar con todas sus fuerzas
liberarse del encierro del joven.
Cuanto más empujaba, más
obstinadamente se negaba Xin Yunshen a soltarle, apretando las piernas de Gao
Fang contra su cintura.
- ¡Xin Yunshen! – Gao Fang le
miró enfadado.
- Si no quieres, puedes
envenenarme. – Xin Yunshen le devuelve la mirada con expresión pícara y,
condescendiente, mira fijamente a Gao Fang durante un momento.
- ¡Te he dado tiempo, y si no
actúas, no pararé! – Xin Yunshen se acercó a Gao Fang con creciente deseo.
Gao Fang no pudo evitar un
gruñido. ¿No dejarás de bajar? Bastardo, ¿sabes cómo empezar?
En realidad, Xin Yunshen no
tenía la menor experiencia y el recuerdo de aquella noche era demasiado vago
para enseñarle gran cosa, así que al final sólo pudo seguir sus instintos y
cerrar con fuerza las largas y rectas piernas de la persona que tenía debajo,
calmando su propio deseo juvenil pero intenso entre sus piernas.
El cuerpo del joven que se
inclinaba sobre él era suave y fuerte, y su pesada respiración sonaba en sus
oídos, Gao Fang no pudo evitar entornar los ojos, pero no derramó ninguna
lágrima. Obviamente, se veía obligado a hacerlo, pero no podía soportar hacerle
daño. No sólo no podía utilizar la medicina en él, sino que también le
preocupaba que su agitación emocional provocara que el veneno volviera a
brotar. Gao Fang se sintió un poco triste por tener tales pensamientos.
Xin Yunshen hacía tiempo que
le había soltado las manos, pero Gao Fang se rindió y no siguió luchando.
Una vaga emoción surgió en su
pecho, no como alegría o tristeza, ni como pena o ira. Independientemente de
cómo le tratara Xin Yunshen, Gao Fang sabía que podía estar enfadado con él, pero
no podía abandonarle en absoluto.
***
A la mañana siguiente, cuando
Gao Fang se despertó, vio el rostro abatido y preocupado de Xin Yunshen,
mirándole fijamente con un par de ojos húmedos.
Anoche, tras el arrebato de
ira de Xin Yunshen, le abrazó con fuerza y se fue a dormir. Gao Fang se miró a
sí mismo y vio que su cuerpo estaba cubierto de manchas, su ropa estaba
desaliñada y tenía un moretón morado en la muñeca.
Este bastardo.
- Xiao Fang – llamó Xin
Yunshen con voz suave, llena de afectación.
- ¿Por qué no me di cuenta
antes de que el pequeño Xin gōngzǐ tiene tanto talento para intimidar a
hombres y mujeres? – Gao Fang obligado por él a hacer tonterías durante media
noche, naturalmente, no tenía buena cara, y soltó un grito, luego se levantó y
bajó de la cama.
Había un cubo de agua caliente
detrás del biombo de la habitación, que Xin Yunshen debió de preparar mientras
dormía. Menos mal que no es un imbécil.
Xin Yunshen sabía que se había
equivocado y, al ver que Gao Fang estaba de mal humor, se afanó en ayudarlo con
todo. Después de recoger un juego de ropa limpia y ponerlo junto a la cama, Xin
Yunshen dio unas cuantas vueltas sin saber qué hacer.
El sonido del agua llegó desde
detrás del biombo. Xin Yunshen tragó saliva, normalmente podía entrar y salir
libremente, pero ahora no tenía agallas para ir allí.
Esperando a que Gao Fang
terminara de bañarse y se pusiera ropa limpia, Xin Yunshen le ayudó seriamente
a peinarse.
Hasta que los dos terminaron
sus preparativos y salieron de la habitación uno tras otro, vieron a Murong
Xiao dirigiendo a dos de sus discípulos.
- Ah, Gao gōngzǐ, he
venido a invitaros a los dos a desayunar en el vestíbulo. – dijo Murong Xiao.
Gao Fang pasó junto a él:
- Se está haciendo tarde,
pongámonos en marcha.
Xin Yunshen llevaba el paquete
a la espalda, ni siquiera miró a Murong Xiao, y siguió a Gao Fang
lastimosamente, marchitándose como un perro grande que hubiera hecho algo malo.
Murong Xiao levantó las cejas
y preguntó a los dos discípulos que tenía detrás:
- ¿Sintieron que el ambiente
estaba un poco frío?
Los dos discípulos se miraron
y asintieron juntos.
Murong Xiao, sin embargo,
sacudió gravemente la cabeza, y también se dio la vuelta y caminó hacia la
posada.
- Gao gōngzǐ es el que
he reservado, y será mejor que ese muchacho imprudente no le haga daño.
Murong Xiao se llevó consigo a
Gao Fang y a Xin Yunshen, y el grupo viajó ligero hacia la ubicación de la Secta
Fenxin.
Por el camino Gao Fang
caminaba cada vez más extrañado, la dirección en la que viajaban era claramente
la misma que la de la Villa Qinghua. Pensando que la primera vez que apareció Murong
Xiao fue para atraer a Xin Yunshen con la historia de la Villa Qinghua, y esta
vez tuvo que ir a la Secta Fenxin también por la manipulación de la Villa
Qinghua, no importa cómo lo piense, siente que Murong Xiao y la Villa Qinghua
también tienen malas intenciones hacia Xin Yunshen.
Gao Fang tenía tantas
preocupaciones en su corazón, por lo que naturalmente cuidó bien de Xin Yunshen
en el camino y nunca dejó que nadie de la Secta Fenxin se acercara a Xin
Yunshen. Xin Yunshen se divertía con la conciencia tranquila, y su mirada despreocupada
y relajada hizo que Murong Xiao no pudiera evitar sacudir la cabeza y suspirar
cada vez que lo veía.
Hoy en día, los jóvenes
realmente no pueden soportar las penurias y son cada vez más adictos al
disfrute. Hoy en día, el mundo de las artes marciales empeora con cada
generación, y es inevitable que él continúe liderando la situación general en
el mundo de las artes marciales mientras aún es joven.
Aunque Xin Yunshen no tuviera
la capacidad de leer la mente, sabía que Murong Xiao le estaba calumniando a sí
mismo al ver su expresión.
- Lo sé, estás celoso de mí. –
Xin Yunshen levantó su pequeña barbilla con orgullo, - pero no me importa.
Ahora estás en una edad especial, mi padre estaba igual hace unos años, sin ser
viejo. Cuando seas unos años mayor, no te molestará tener celos de gente joven
como yo. Le entiendo, Maestro Murong.
Murong Xiao se estaba
deprimiendo excepcionalmente.
Nunca le había importado su
edad. La edad que tenía y la edad que aparentaba no era lo mismo en absoluto,
era alto y guapo, mientras tuviera el aspecto y la resistencia de un
veinteañero, aunque tuviera un par de cientos años, qué más daba, con la
habilidad de la Secta Fenxin, no tendría nada que hacer con la vejez en unas
décadas.
Es sólo que cada vez que este
chico habla de ello, le dan ganas de darle un puñetazo a alguien.
Gao Fang pareció percibir un
atisbo de peligro y se acercó a Xin Yunshen en el carruaje.
Murong Xiao vio su cautela,
pero sólo sonrió alegremente y se acercó a Gao Fang y le dijo:
- Doctor Gao, es usted
demasiado amable con este muchacho. No se preocupe, siempre he sido una persona
abierta y honesta. Puesto que ya he hecho un trato con usted, naturalmente no
romperé mi promesa.
Xin Yunshen seguía complacido
consigo mismo, pero cuando oyó esto, se dio cuenta de que algo iba mal y agarró
a Gao Fang con fuerza y le dijo:
- Xiao Fang, ¡¿qué clase de
trato has hecho con él?!
Gao Fang fulminó con la mirada
a Murong Xiao y se volvió hacia Xin Yunshen y dijo:
- ¿Crees que te darán el
antídoto a cambio de nada? Naturalmente, tenemos que conceder algunos favores
al Maestro de Secta Murong.
- ¡¿Qué favores quieres?! –
Xin Yunshen miró a Murong Xiao: - Puedo conseguirte lo que quieras, sólo dímelo
directamente, no quiero que hagas pasar un mal rato a Xiao Fang.
- ¿Oh? Confiando en la Secta
de la Espada Qinfeng de tu padre, o en tu dashīxiōng, entonces creo que
no hay nada que el pequeño Xin gōngzǐ no pueda conseguir.
- ¡Puedo conseguirlo sin
ellos! – Xin Yunshen se puso rojo: - ¿Qué quieres? Sólo dilo.
Murong Xiao parecía haber
recuperado el temple, estaba de buen humor, sólo se burlaba de Xin Yunshen,
pero en realidad no dijo la verdad sobre el trato con Gao Fang.
Aunque Xin Yunshen parecía
odiar a Murong Xiao, en el fondo no tenía malos sentimientos hacia él.
Simplemente porque podía percibir que el aura que emanaba de este hombre no le
hacía sentirse incómodo. Xin Yunshen parece haber nacido con una especie de
intuición para leer a la gente, de lo contrario en el banquete de cumpleaños de
Xin Bai no le dejarían encargarse de inspeccionar a la gente sospechosa. La
razón por la que había sido atrapado antes por la Villa Qinghua fue que
confiaba demasiado en sus propias habilidades marciales y no había estado
preparado para el extraño incienso y los parásitos gu que habían
utilizado.
El carruaje viajó durante unos
días más, y finalmente se equivocó de camino con la Villa Qinghua. Gao Fang se
sintió un poco más aliviado, y cuando llegó a la Secta Fenxin, ya habían pasado
siete días. Era bueno que Xin Yunshen no tuviera ataques de nuevo durante este
periodo.
Gao Fang acarició la cabeza de
Xin Yunshen, ligeramente aliviado. Era una suerte que este inteligente
cerebrito no se volviera aburrido y estúpido.
Xin Yunshen bajó del carruaje
y estiró los músculos. Sólo porque Gao Fang y Murong Xiao le dijeron que
descansara y no corriera a caballo, para no inducirle otro ataque del veneno,
tuvo que venir hasta aquí en el carruaje. Ahora le tiemblan los huesos hasta el
punto de desmoronarse, así que realmente no es más fácil que montar a caballo.
Xin Yunshen miró a su
alrededor y vio que solo era una finca construida a media altura de la montaña.
Aparte de ser un poco más grande, no tenía nada de especial y no había ningún
truco llamativo delante de la puerta. En comparación con la Secta de la Espada
Qingfeng, era muy discreta. Si alguien que no la conociera pasara por allí,
probablemente no pensaría que se trataba de la famosa Secta Fenxin en el mundo
del jianghu.
Xin Yunshen miró a Murong Xiao
dijo:
- Su mansión está realmente
cerca de la villa Qinghua, veo que a la villa le va bastante mal ahora. No hizo
nada a sus espaldas ¿verdad?
Murong Xiao hizo una pausa,
pero no había nada inusual en ello. Simplemente sonrió y dijo:
- Por favor, adelante.
Gao Fang y Xin Yunshen se movieron
en la Secta Fenxin, Murong Xiao no puso ninguna excusa superficial sobre el
antídoto, y llevó directamente a Gao Fang al jardín medicinal para recoger las
hierbas necesarias, y los dos discutieron la preparación del antídoto.
Gao Fang no esperaba que Murong
Xiao se especializara en medicina, y le apasionaban aún más las medicinas
extrañas y secretas, coincidió con él. La razón por la que la Secta Fenxin se
construyó aquí también tiene mucho que ver con el hecho de que hay muchas
hierbas medicinales especiales que no se pueden encontrar en ningún otro lugar.
En cuanto a la proximidad con la Villa Qinghua, parece ser un movimiento
involuntario.
Si no fuera en mal momento, a
Gao Fang le gustaría mucho hacer de Murong Xiao un buen amigo. Además, por lo
que él sabe, más de la mitad de los médicos de la Secta Fenxin, todos ellos
tienen habilidades extraordinarias, y Murong Xiao no le impidió hablar con
ellos. Gao Fang preguntó a su alrededor, estas personas de la Secta Fenxin en
realidad sólo siguen los requisitos de Murong Xiao para preparar una variedad
de medicinas.
¿Podría ser que la supuesta “necesidad”
de Murong Xiao fuera en realidad un médico más? Gao
Fang estaba seriamente desconcertado. No sería mala idea, de todos modos, ahora
que la Secta Tianyi había caído en manos del Qing Lang, no tenía ningún lugar adónde
ir, y sería bueno que se convirtiera en médico en la Secta Fenxin, y temía que
sería muy difícil encontrar un médico especializado en medicina en este lugar.
En pocos días, el propio Murong
Xiao resolvió el problema.
El antídoto ya estaba hecho, y
Murong Xiao sonrió a Gao Fang con el frasquito:
- Doctor Gao, hablemos de las
condiciones anteriores.
- ¿Qué quiere? – Preguntó Gao
Fang.
Murong Xiao ignoró la pregunta
de Gao Fang y dijo:
- El doctor Gao ha estado en
la Villa Qinghua los últimos días, no sé si aún está acostumbrado.
Gao Fang asintió muy
burlonamente.
Murong Xiao también se mostró
satisfecho.
- También veo que al doctor
Gao le gusta mucho explorar el camino de la curación con nuestros médicos. No
sé si el doctor Gao sabe que hay una medicina, que puede curar todas las
enfermedades, que puede resolver todos los venenos, cualquier caso difícil frente
a esta medicina, es irresistible. Las personas que no están enfermas pueden
tomarla para prolongar su vida y su salud.
Murong Xiao caminó hacia Gao
Fang, le puso una mano en el hombro y caminó lentamente detrás de él.
Gao Fang se quedó perplejo al
principio, pero cuando pensó en algo, las comisuras de sus ojos saltaron.
- Quiere decir…
- El doctor Gao está realmente
bien informado. – Murong Xiao se acercó a su oído y le dijo con una sonrisa
baja: - Cuenta la leyenda que existe una especie de curandero, cuya sangre es
como un elixir...
- ¡Pero después de todo, es
sólo una leyenda de hace mucho tiempo! – El ceño de Gao Fang se frunció – No
puede haber una cosa en el mundo que pueda superar todos los venenos y
enfermedades, desafía al sentido común.
- Hace miles de años, el
jianghu y el wulin estaban llenos de gente con talento, y la mayoría
de los talentos extraordinarios han desaparecido con el tiempo, y ahora casi todos
son imposibles leyendas. – Murong Xiao dijo con desdén: - Tal vez dentro de
unos cientos de años, miles de años, las habilidades que hoy consideramos
comunes serán antinaturales para las generaciones futuras.
(N/T: 江湖,
Jianghu, jiāng hú. Tiene múltiples significados extendidos en la cultura china.
El significado original de Jianghu se refiere a vastos ríos y lagos, pero más
tarde llegó a significar «el mundo», que no tiene nada que ver con ríos y
lagos. Más tarde, también llegó a referirse al entorno social en la antigüedad,
donde la gente hacía lo que quería sin aceptar el control de las autoridades y
las limitaciones de la ley. Por lo tanto, el término Jianghu evolucionó
gradualmente hacia un término más polifacético o específico.)
(N/T: 武林,
Wulin, wǔ lín, que significa (1) un antiguo nombre de Hangzhou, por las
montañas Wulin. (2) el mundo de las artes
marciales. Por ejemplo: maestro Wulin, estrella en ascenso Wulin.)
- ¡¿Entonces qué quieres?! –
Gao Fang tragó saliva. Si sólo fuera para que un médico más desarrollara la
medicina, Murong Xiao no habría hecho tanto alboroto amenazándole y
provocándole. A menos que…
- He hecho todo lo posible por
reunir todos los libros para fabricar un cuerpo medicinal. – Murong Xiao le
dijo suavemente al oído. – Según varios registros históricos, el cuerpo
adecuado para hacer a una persona medicinal debe ser alguien cuyos meridianos
se hayan abierto, pero no dañado en la raíz, y que haya pasado al menos tres
años de recuperación. Es fácil encontrar artistas marciales que han perdido
todos los meridianos, pero la mayoría de sus cimientos han sido destruidos, y
ni siquiera son tan buenos como las personas normales. También podemos
encontrar algunos artistas marciales que lo logren, pero no podemos esperar
tres años.
El cuerpo de Gao Fang tembló,
y el cuerpo cercano de Murong Xiao sintió naturalmente ese sutil
estremecimiento.
Hizo una pausa y continuó:
- Aunque este tipo de físico
es raro, no es imposible de encontrar. Antes que usted, esta sede ya ha
encontrado a cinco personas así, sólo…
- ¡¿No funcionó?! – Gao Fang
susurró: - De lo contrario, el Maestro de la Secta no se habría acercado a mí.
- El dolor que tuvieron que
soportar los médicos fue mucho más de lo que cualquier humano podría soportar. –
Murong Xiao suspiró, - A pesar de todos mis esfuerzos no pude salvarles la
vida. Pero mientras lo consigan, el cuerpo del médico les reportará un sinfín
de beneficios...
- Estoy de acuerdo. – Dijo Gao
Fang.
Murong Xiao se quedó
sorprendido por la interrupción, sólo para escuchar a Gao Fang continuar:
- Este es nuestro trato,
¿puedo no estar de acuerdo? No necesito que el Maestro de Secta vuelva a
convencerme. Sólo hay una cosa que no entiendo. El Maestro de la Secta
construyó esta Secta Fenxin especializada en habilidades médicas, pero no a las
habilidades médicas en el jianghu, De lo contrario, la Secta Fenxin no estaría
en una posición incómoda entre el bien y el mal. Ahora que el maestro de la
secta ha hecho todo lo posible para reclutar a un experto farmacéutico, si el
líder de la secta no tiene ningún propósito, no me lo creo.
Murong Xiao sonrió y dijo:
- Naturalmente tengo un
propósito, pero no es algo que pueda decir a los de fuera. Mientras Xiao Fang
se convierta en mi persona, entonces lo que quieras saber, este maestro se lo
dirá todo.
- ¿El médico también cuenta? –
Gao Fang dejó escapar una risita, deshaciéndose de la mano de Murong Xiao en su
hombro – Ya que los términos han sido acordados, Maestro de Secta, traiga el
antídoto.
Murong Xiao sacudió la cabeza
y rió, y con ambas manos ofreció el antídoto.
- Xiao Fang es realmente la
persona más gentil, este líder realmente envidia a ese chico.
Nos vemos en diez días, bendiciones.
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