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Capítulo 02
Cuando Gao Fang recuperó de
nuevo la consciencia desde la inconsciencia, la suavidad y el calor que le
rodeaban entraron en su mente antes incluso de que abriera los ojos. Todas las
partes de su cuerpo estaban frescas y limpias, y su piel se frotaba contra la
cálida manta de brocado, tan confortable que no pudo evitar suspirar
suavemente.
Comparado con la última vez,
el dolor en el cuerpo obviamente se ha reducido mucho, y las heridas internas
parecen haberse curado a la mitad. Gao Fang suspiró en secreto porque Xin
Yunshen era tan joven y parecía mimado, pero esta habilidad era muy inusual.
Se levantó y salió de la cama,
sólo para darse cuenta de que le había cambiado toda la ropa, y ahora llevaba
una ropa interior holgada, no es de extrañar que se sintiera tan cómodo cuando
estaba envuelto en la colcha hace un momento.
Gao Fang se miró de arriba
abajo, estaba bien cuidado en todos los sentidos, pero cuanto más lo hacía,
menos feliz se sentía.
Sólo recibió un revés y sufrió
una herida interna, qué común al viajar por el jianghu, este Xin Yunshen era un
poco demasiado amable con él.
La cueva que tenía delante
también era mucho más rica que la última vez que la vio, con botellas y frascos
apilados bajo las esquinas, un gran paquete entreabierto, que contenía un
montón de ropa y otras cosas varias, e incluso unos cuantos libros, todos
tirados despreocupadamente por el suelo.
Estos... Al igual que la forma
en que Xin Yunshen cuidó de él personalmente, revela rastros de particularidad
por todas partes.
Gao Fang retomó
despreocupadamente algunas cosas, inevitablemente un poco impotente.
No le gusta deber favores a la
gente y, además, los favores de la Secta de la Espada Qinfeng no son tan
fáciles de devolver.
De repente, una brisa fresca
sopló detrás de él, trayendo consigo un vigor inagotable, y la voz de Xin
Yunshen le siguió.
- ¿Estás despierto? ¿Qué haces
aquí abajo? Vuelve a la cama, aún no estás curado – Xin Yunshen corrió desde
atrás para ayudarle, con una gran bolsa en el otro hombro.
Gao Fang fue medio empujado y
medio ayudado por él hasta la cama de piedra, y siguió la fuerza del joven para
sentarse, y le vio poner la bolsa en el suelo junto a la cama con expresión
alegre.
- ... – Parecía que el
soleado, alegre y famoso hijo del clan cuidaba de él como un interesante
placer.
Gao Fang tosió ligeramente y
dijo:
- Xin gōngzǐ, gracias
por salvarme. Ahora que me he recuperado de mis heridas internas, me gustaría
marcharme lo antes posible. Es sólo porque aún tengo asuntos importantes que
atender...
Xin Yunshen echó la cabeza
hacia atrás, con el ceño fruncido.
- ¡¿Aún vas tras mi shīxiōng?!
Gao Fang se congeló un momento
y asintió.
Al verle así, todo el cuerpo
de Xin Yunshen se ensombreció de repente, y dejando de juguetear con las cosas que
había traído con prisas, se levantó y caminó hasta el lado de Gao Fang, apoyó
las botas en el suelo y dijo con la cabeza baja:
- Mmn… creo que esto no es
bueno.
- ... ¡¿Qué hay de malo?!
Xin Yunshen se mordió los
labios, un par de ojos ámbar miraron a Gao Fang, haciendo que este se
confundiera. Sólo después de mucho tiempo finalmente dijo:
- Creo que el shīxiōng
no es digno de tu vida.
- ...
- ...
- ... piensas demasiado.
Las palabras de los niños son imprudentes, las palabras de los
niños son imprudentes...
Gao Fang sintió que este debía ser el castigo divino por engañar
deliberadamente a un niño ignorante.
(N/T: 童言无忌 tóng yán wú jì,es un modismo chino que
significa que los niños son inocentes y hablan honestamente, por lo que no hay necesidad
de sorprenderse incluso si dicen algo desafortunado. También se utiliza para
ridiculizar a las personas por hablar de forma infantil y ridícula.)
Tal vez su rostro inexpresivo
era demasiado <firme>, Xin Yunshen mostró un atisbo de irritación, y se
sentó junto a Gao Fang como si estuviera enfadado, diciendo seriamente:
- Sigues siendo tan testarudo,
algún día te arrepentirás. Y entonces serás tú quien se entristezca.
Gao Fang le vio jurar con
confianza, en su corazón también surgió un rastro de duda. Parecía como si
hubiera vuelto a recibir noticias de Chu Feiyang, por eso le amonestaba con
tanta seguridad.
- Xin gōngzǐ, ¿ha
tenido noticias? ¿qué le ha pasado a Chu Feiyang?
- No puedo decirlo 'otra
vez'... nunca ha habido nada parecido en el pasado con Dashīxiōng. – Xin
Yunshen apoyó la barbilla con fastidio – Fue durante los días en que estuvo en
coma cuando shīxiōng fue a ayudar a la familia Mei. Hace unas noches, un
asesino irrumpió en la familia Mei, un hombre que puede manipular insectos
venenosos, según la gente que estaba allí en ese momento, ese hombre parecía
tener alguna conexión con Dashīxiōng. Dashīxiōng lo echó de la
casa de Mei y desapareció. Cuando reapareció, se topó con la joven de la
familia Mei.
- ¿Cuál? ¡¿Qué está haciendo
Chu Feiyang?!
- ¡Está comprando medicación
prenatal!
Xin Yunshen rugió en voz baja
y miró fijamente a la cara de Gao Fang.
Gao Fang parecía aturdido por
sus palabras, pero se limitó a fruncir el ceño profundamente pensativo, sin
mostrar ni rastro del enfado o la tristeza que cabría esperar.
El hombre que puede manipular
los insectos venenosos, y la medicina prenatal que Chu Feiyang compró después
de conocer a ese hombre… Gao Fang no pensaba que pudiera haber coincidencias
tan parecidas en el mundo. Cuando estas dos cosas se juntaron, sólo pudo pensar
en una posibilidad… El Maestro de la Secta ya se había encontrado con Chu
Feiyang, y Chu Feiyang ya había descubierto la verdad resguardada del Maestro
de la Secta.
En el momento en que se dio
cuenta de ello, Gao Fang sintió un alivio sin precedentes. Los días de
preocupación y ansiedad desaparecieron y no pudo evitar soltar un largo
suspiro.
Xin Yunshen se acercó para
mirarle.
- Gao Fang, no esté tan
triste...
- ¡Basta! ¡No digas esas
cosas! – A estas alturas, ya no necesitaba hacer uso de esa mentira, así que,
naturalmente, no había necesidad de soportar ese tipo de tortura verbal tan
estruendosa. Gao Fang fulminó con la mirada a Xin Yunshen y, por una vez, no
fue cortés con él.
- Si no quieres hablar de
ello, entonces no hablaré de ello. Piénsalo. – Xin Yunshen fue interrumpido por
él, frunció los labios con indiferencia, se puso en cuclillas en un rincón,
abrió el equipaje que traía y los fue sacando uno por uno.
Su transformación del
entusiasmo amable y meticuloso a la frialdad fue demasiado rápida, Gao Fang
miró la espalda de la todavía joven figura, pero por un momento, fue un poco
incapaz de reaccionar. Tras unos instantes de silencio, Gao Fang recordó que
había otra cosa que debía explicarle.
- Xin gōngzǐ... tanto
si busco a Chu Feiyang como si no, aun así, debo marcharme. Después de todo,
éste es el límite de la Secta de la Espada Qingfeng…
- ¡¿Lo odias?! – Xin Yunshen
giró la cabeza para mirarle y, de repente, se echó a reír.
- Naturalmente que no. – dijo
Gao Fang con impotencia. – Es sólo que el mundo de las artes marciales de las
Llanuras Centrales me considera miembro de la Secta Demonio, así que es
imposible que me quede aquí siempre. Si su padre se entera, usted también
tendrá problemas.
Xin Yunshen pareció alegrarse
al oírle decir eso, se levantó y caminó hacia Gao Fang.
- No se preocupe por eso, ya
me he ocupado de ello. Todavía está herido, espere a estar completamente curado
antes de pensar en irse. – Xin Yunshen abrazó el brazo de Gao Fang, puso su
cara frente a él, sus ojos le miraron con colores húmedos y acuosos – Gao Fang,
quédese aquí, cuidaré bien de usted.
Pronunció palabras
suplicantes, pero tanto su postura como su aliento transmitían una especie de
tiránica contundencia. Independientemente de si se trataba de este tipo de
contundencia o de esa indisimulada petulancia, Gao Fang no podía rechazarla.
Al fin y al cabo, se dejó
cuidar durante tantos días. Al ser mirado fijamente por Xin Yunshen con ojos
tan claros, la palabra “no” no pudo ser dicha en absoluto y, al final, Gao Fang
sólo pudo asentir con la cabeza impotente y transigir.
Xin Yunshen sonrió con triunfo
y llevó alegremente las cosas que había traído a Gao Fang, mostrándoselas como
si fueran tesoros.
La salud de Gao Fang es cada
día mejor y sus heridas internas están curadas desde hace tiempo, por lo que,
naturalmente, ya no puede permanecer en el territorio de la Secta de la Espada
Qinfeng.
Xin Yunshen pasó casi todo el
tiempo con él estos días, y le sorprendió que la pasión del joven por él durara
tanto.
Agradecido, por supuesto, Gao
Fang siempre sintió que la forma en que le miraba era más bien como mirar algo
interesante. Si fuera un lindo gato o perro, o una chica pequeña y hermosa,
sería normal que le mirara así. Pero en realidad, era obviamente unos años
mayor que Xin Yunshen, y la parte superior de la cabeza de este tipo era sólo
tan alta como su nariz, y cada día, al ser mirado por un joven así con una
especie de ojos cariñosos, Gao Fang sentía de vez en cuando un atisbo de
premonición espeluznante y peligrosa.
Un día encontró la ocasión
propicia, cuando Xin Yunshen pisaba el acantilado junto a la cueva, le dijo que
recogería para él unas flores raras que allí estaban en plena floración.
Recogiendo flores y demás,
simplemente le trató como a una chica. Gao Fang se sintió muy impotente,
después de considerarlo detenidamente, pensó que la desviación del
comportamiento de Xin Yunshen debía deberse a que la Secta de la Espada
Qingfeng era una secta de monjes, y que probablemente no había visto muchas
chicas de su edad cuando creció. En cuanto a la razón por la que se acercó a
él, probablemente se debía a que era la primera persona que necesitaba confiar
plenamente en él y necesitaba que se ocupara de él, lo que hacía que la
complacencia y el orgullo de su naturaleza juvenil obtuvieran una gran
satisfacción.
Gao Fang pensó qué si alguna
vez volvía a ver a Chu Feiyang, tendría que recordarle al gran shīxiōng
que prestara atención al crecimiento del niño durante la lucha a vida o muerte
entre las dos partes.
Naturalmente, todo esto es una
ocurrencia tardía. Lo que tiene que hacer ahora es abandonar este lugar lo
antes posible. Aunque el líder de Secta tiene a Chu Feiyang
para cuidarle ahora, su estado de salud en estos pocos meses será muy diferente
al de la gente normal, el líder de Secta no podrá entenderlo, y Chu Feiyang es
el que menos esperanza tiene de entenderlo, Gao Fang tiene que vigilarlo para
poder estar tranquilo.
Gao Fang se paró en la entrada
de la cueva, miró a Xin Yunshen y habló con deliberación:
- Xin gōngzǐ, mi cuerpo
ya se ha recuperado por completo y tengo algunos asuntos importantes que
atender, así que no puedo demorarme más y es hora de que me despida y me
marche.
- ¡¿Dice que se irá otra vez?!
– Xin Yunshen le miró desde arriba, sus ojos parpadeantes empezaron a
empañarse. – Cree que soy demasiado molesto, ¿verdad? ¡¿Qué he hecho mal?!
- No, en absoluto. Está bien,
de verdad. Todo bien.
Otra vez con este tipo de
mirada, en serio… Gao Fang retrocedió dos pasos y bajó la cabeza
para acariciarse la frente, pero sintió una brisa delante de él, la esquina
verde claro de la ropa parpadeó delante de sus ojos, y un par de manos le
rodearon los hombros.
- Bueno Xiao Fang, te
entiendo, permanecer en esta cueva todos los días es bastante aburrido, y no
puedes ir a ningún otro sitio. – La actitud de Xin Yunshen dio de repente un
gran giro, realmente fuera de las expectativas de Gao Fang.
Al ver que Gao Fang le miraba,
Xin Yunshen continuó alegremente:
- ¡Puedes irte si quieres, te
ayudaré a empaquetar tus cosas!
- Entonces… Muchas gracias.
- Está bien. Te ayudaré a
empaquetar primero, volveré y empaquetarás el resto, Xiao Fang espérame aquí,
volveré a buscarte. – Xin Yunshen muy decididamente se dispuso, soltó a Gao
Fang se dio la vuelta y caminó de regreso a la cueva, -Dame media hora, media
hora después te llevaré montaña abajo.
Gao Fang le siguió hasta la
puerta de la cueva, y vio a Xin Yunshen recogiendo el montón de cosas que había
traído, las inútiles tiradas a un lado, las útiles puestas en una bolsa
extendida.
Está muy bien que un joven sea
tan rápido con los pies, pero ¿por qué tendría que volver y limpiar después?
Gao Fang se acercó para
ayudar, pero después de pensarlo un poco, dijo:
- Xin gōngzǐ, no
necesito molestarle para que me lleve, puedo bajar la montaña yo solo.
- Por supuesto que no. - Xin
Yunshen le miró, sus manos ya habían puesto rápidamente las cosas en orden, ató
la bolsa – Xiao Fang, espérame aquí, volveré pronto.
Xin Yunshen habló y usó sus
habilidades ligeras para salir corriendo, la figura desapareció rápidamente,
Gao Fang ni siquiera tuvo espacio para seguir comunicándose.
Obviamente unas palabras muy
ordinarias, Xin Yunshen las dijo en voz alta, pero parece llevar naturalmente
una fuerza bruta que no puede ser rechazada.
Es muy grosero, pero es
imposible enfadarse en absoluto.
En cambio, temía qué si no
estaba a la altura de sus expectativas, le entristecería.
Gao Fang suspiró, se sentó en
el borde de la cama y esperó con sinceridad. Efectivamente, en menos de media
hora, aquella enérgica figura regresó volando.
Xin Yunshen había viajado
ligero, llevando sólo una espada. Cargaba ansiosamente la bolsa sobre la cama
de piedra, y el hombre que se había mostrado tan reacio a marcharse cuando Gao
Fang dijo que se iba estaba más excitado que nadie en ese momento.
- ¡Venga, vámonos!
- Espere.
Gao Fang agarró su bolsa por
detrás, impidiendo que Xin Yunshen saliera corriendo.
- Usted… no se irá conmigo,
¿verdad? – Gao Fang le miró con el ceño fruncido.
- Por supuesto. No puedo dejar
que te vayas solo.
- ...
¿Por qué no puedo salir solo?
No es que no lo haya hecho antes. ¿Qué puedo hacer con un niño que aún no ha
crecido...? Gao Fang tenía el estómago lleno de palabras
de defensa, pero al mirar la cara de Xin Yunshen que estaba llena de inocencia,
no pudo decir nada.
El rostro de Gao Fang estaba
desgarrado, Xin Yunshen obviamente no tenía intención de preguntar, tiró de la
mano de Gao Fang y lo arrastró fuera de la habitación.
- Si estás bien, pongámonos en
marcha, aún podemos llegar al pueblo colina abajo antes de que anochezca.
Sabiendo que Gao Fang no tenía
ningún poder, Xin Yunshen lo había pensado bien y preparó dos caballos para que
esperaran junto al camino de la montaña.
Hasta que las dos personas,
una a una, bajaron por el camino de la montaña, a toda velocidad a través de un
bosque, hacia el pueblo de Qingfeng, Gao Fang real e impotente reconoció el
hecho… de que este compañero realmente no se lo puede quitar de encima.
- Xiao Fang, ¿nunca has estado
en esta ciudad? No pasa nada, estoy aquí, déjamelo todo a mí. – Xin Yunshen le
sonrió mientras le conducía a la posada -Traje conmigo un montón de taeles de
plata cuando salí, el dinero es lo único que cuenta cuando estás fuera de casa.
He tardado demasiado en deshacerme de mi padre, de lo contrario habría podido
buscar algo más de dinero.
Así que volvió a buscar el
dinero, no es de extrañar que regresara sólo con una espada.
Gao Fang asintió impotente, el
tono persuasivo de Xin Yunshen le dejó sin saber qué decir.
Era evidente que Xin Yunshen
conocía bien la ciudad y rápidamente condujo a Gao Fang a una posada donde
podía alojarse y se ocupó de todo.
Gao Fang sostuvo el té
caliente y miró al atareado joven. Obviamente, todavía era un joven esbelto y
elegante, y aún no había mostrado la generosidad y la firmeza de un adulto,
pero en realidad sentía un rastro de tranquilidad de una forma extraña.
Tener cerca a alguien que lo
tenía todo organizado y detallado era algo que casi nunca había experimentado.
Y esa sensación… no estaba
nada mal.
Xin Yunshen lo terminó todo
ordenadamente, caminó hasta el lado de Gao Fang y se inclinó ligeramente:
- Tienes hambre, ¿verdad? Es
muy tarde, venga, vamos a comer.
Xin Yunshen le arrastró hasta
el vestíbulo, Gao Fang no esperaba que pareciera un estilo pobre y sofisticado.
En lugar de pedir una habitación privada, buscó un asiento en el vestíbulo y se
sentó despreocupadamente.
Después de pedir los platos al
camarero y esperarlos, el número de personas en el vestíbulo aumentó
gradualmente. El Pueblo Qingfeng está situado al pie de la Montaña Langyue, y
hay más gente del Jianghu en el pueblo que gente ordinaria. Actualmente, siete
u ocho de cada diez personas sentadas en el vestíbulo son practicantes de artes
marciales.
Xin Yunshen estaba aburrido y
miraba a su alrededor, con la barbilla apoyada en un lado de la cara, dando
ligeros golpecitos, sus ojos color avellana se volvían, parecían muy inocentes.
Junto con sus ropas no tan comunes, el veterano que llevara unos años por allí
podría decir de un vistazo que se trataba de una pequeña oveja con mucho aceite
que sacar. (joven rico)
Al cabo de unos instantes de
estar allí sentado, Gao Fang fue lo suficientemente sensible como para captar
varias miradas procedentes de todas direcciones, que los observaban a los dos
con intenciones desconocidas.
Xin Yunshen parecía ignorarlo
por completo, cansado de mirar a su alrededor, se movió de nuevo en su silla,
removió sus palillos en la taza de té y dijo amargamente:
- Tengo tanta hambre, ¿por qué
hoy se sirve la comida tan despacio?
- Estos días probablemente
haya más gente de lo habitual, al cumpleaños de su padre vino mucha gente de
jianghu, debe haber algunas personas que aún no se han ido. – Gao Fang se movió
para quitarle el vaso de agua sucio y le dio un vaso de agua limpio.
Xin Yunshen levantó
alegremente el vaso, y antes de que pudiera charlar con Gao Fang, una figura se
detuvo de repente junto a la mesa.
Gao Fang levantó la vista y
vio que el visitante era un anciano, de rostro amarillento como la corteza de
un árbol viejo, ojos turbios y barba desaliñada, que ahora les miraba a él y a
Xin Yunshen.
El hombre arqueó la mano hacia
Gao Fang y le dijo:
- Amigos, vengo a compartir
mesa, ¿les importa?
Preguntó cortésmente, pero ya
se había sentado en una postura grande y atrevida, ocupando la mitad de una
mesa cuadrada de una sola vez.
Gao Fang siempre le ha gustado
la limpieza, pero no es insoportable comer con semejante bicho raro, aunque
siempre resulta incómodo.
Xin Yunshen, sin embargo,
parecía estar bien con ello, y sonrió al hombre, tomando sorbos del té que Gao
Fang le había servido.
Ante la presencia de extraños,
Gao Fang dejó de hablar con Xin Yunshen y guardó silencio durante un rato.
Tras esperar unos instantes,
Xin Yunshen se impacientó, llamó al camarero, le arrojó un trozo de plata y le
ordenó que sirviera la comida rápidamente.
El camarero tomó la plata,
dijo que sí una y otra vez, y corrió rápidamente a la cocina para urgir.
Xin Yunshen trató la plata
como si no fuera nada y se la dio a la persona de inmediato. Gao Fang ni
siquiera tuvo la oportunidad de detenerlo. Después de sopesar la cantidad de
plata en su mente, Gao Fang sintió que sus párpados temblaban, estaba tan
enojado.
En cuanto a si estaba enojado
por el despilfarro de Xin Yunshen, o celoso de que la Secta de la Espada
Qingfeng, que era tan rica y poderosa pero no "Qingfeng" en
absoluto, hubiera criado a un hijo tan pródigo, no podía decirlo.
(N/T: 清风 qīng fēng, metáfora de un carácter elevado y
puro.)
Gao Fang estaba secretamente
muy deprimido, pero también sentía que no tenía la posición para controlarlo,
por lo que continuó permaneciendo en silencio, pero no esperaba que el anciano
de la misma mesa en realidad chasqueara la lengua dos veces, y habló primero.
- Es cierto que la
puerta bermellón apesta a vino y carne, y en la carretera tienen los huesos
helados. Este pobre viejo está tan decaído que tiene que ponerse sus
mejores galas para entrar por la puerta de este restaurante. Tengo que sentarme
aquí y esperar a que los comensales se sacien para poder recoger algunos restos
de comida. Pero otros, a una edad temprana, pueden usar plata para matar
personas, y la plata que dan como regalo es suficiente para que un anciano como
yo sobreviva todo el invierno. El mundo es injusto, muy injusto.
(N/T: 朱门酒肉臭,路有冻死骨, Zhūmén jiǔròu chòu, lù yǒu dòng sǐ
gǔ, De «Quinientos caracteres en una
canción de Pekín al condado de Fengxian» de Du Fu de la dinastía Tang, Zhumen se
refiere a las puertas de las mansiones de los antiguos príncipes y nobles
pintadas de rojo para mostrar su honor, y en general se refiere a las familias
ricas y nobles. El poeta describe la grave división entre ricos y pobres en la
sociedad, reflejando la extravagante vida de borrachera del gobernante y la
cruel realidad del hambre y el frío del pueblo, con un gran contraste para
escribir el resentimiento del poeta ante la injusticia social, revelando la
simpatía del poeta por la difícil situación del pueblo y su preocupación.)
Al oír que Gao Fang tenía que
sentarse a esperar sus sobras, la sensación de malestar en su corazón aumentó y
su rostro se ensombreció aún más.
Él no es una persona
orgullosa, pero con Jun Shuying al lado, incluso cuando salía, era muy exigente
con lo que comía y vestía dentro de los límites de las condiciones, donde había
encontrado tales cosas. Por otra parte, este Xin Yunshen realmente es todavía
demasiado joven, aunque no es como la mayoría de los jóvenes que insisten en
disfrutar de habitaciones privadas, es muy inapropiado despilfarrar el dinero
en el vestíbulo y exponerlo al público.
Xin Yunshen parpadeó con sus
ojos claros y le dijo al anciano:
- ¡¿Qué quieres entonces?!
El bigote del viejo desaliñado
se arqueó, esbozando una sonrisa.
- Darle esa plata al camarero,
lo tomará para subvencionar a la familia, después de dos días se cambiará en un
arroz, harina, grano y aceite, se comerá al final. Si puedo conseguir 10 o 20
taeles de plata, el año que viene por esta misma época podrían llegar a ser 100
o 200 taeles, 1,000 o 2,000 taeles...
- Pero si eres tan capaz,
¡¿por qué sigues aquí comiendo las sobras de la gente?! – Xin Yunshen se echó a
reír.
El corazón de Gao Fang se
desplomó tras escuchar las palabras del anciano. Por suerte, Xin Yunshen no era
ingenuo hasta el final y no era tan crédulo.
El viejo andrajoso parece que
le asestaron un golpe mortal, en un momento de ira, gritó con los ojos muy
abiertos:
- Eres un niño inmaduro, ¡qué
sabrás tú!...
Xin Yunshen, sin embargo, no
le hizo caso, e incluso sacó un billete de plata de su bolsillo, y dijo con una
sonrisa:
- Aquí tiene 50 taeles de
billetes de plata, si los necesita, no me es imposible dárselos.
Cuando Gao Fang oyó esto, no
pudo esperar a poner la tetera que tenía en la mano en su cabeza obviamente
inteligente, ¡este niño maravilla!
- Xin gōngzǐ, basta. –
dijo Gao Fang en voz profunda.
Xin Yunshen sólo le tocó
tranquilizadoramente la mano, pero siguió insistiendo en sostener el cheque de
plata ante los ojos del anciano, lo que hizo que los ojos del anciano se
pusieran vidriosos.
- Cincuenta taeles de plata,
canjeables en cualquier banco de plata. – Xin Yunshen dijo – Mientras me diga
una de las cosas más importantes que sepa sobre el jianghu, estos cincuenta taeles
serán suyos.
- ¿Lo más importante del
jianghu? – El viejo desaliñado retiró sus ojos fijos en el billete plateado y
miró a Xin Yunshen, sonrió acaloradamente y dijo – Eso es sencillo, el gran
acontecimiento más reciente es el cumpleaños del jefe de la Secta de la Espada
Qingfeng.
- Todo el mundo lo sabe, eso
no cuenta. – Xin Yunshen se rio – Sigue hablando.
El viejo desaliñado estaba tan
ávido de esos 50 taeles de fortuna celestial que se lo pensó mucho.
- ¡Já, ahí está! ¡Esto es algo
que poca gente conoce! – Dijo chocando los cinco y se acercó a Xin Yunshen,
como si tuviera algo que susurrarle.
A Xin Yunshen no le importó el
olor agrio de su cuerpo y escuchó con la cabeza ligeramente inclinada.
- Se dice que la señora de la
mansión de la Villa Qinghua (flor del amor), que mendiga por todas
partes, tiene el arte del encanto del zorro. – Anciano andrajoso sonrió
lascivamente – Dondequiera que haya estado y visto esa pareja, cualquiera que
sea una figura famosa e influyente en el jianghu tendrá un gran respeto y
admiración por la esposa del propietario. He estado pensando en ello día y
noche. Xiao gē (hermanito), ¿qué piensas de esta noticia?
Xin Yunshen frunció el ceño,
un momento de reflexión, dijo:
- Rumores, no vale la pena
mencionarlos.
- ¡Xiao gē, shao xiá
(joven héroe), no te preocupes, tengo otras noticias! –
Gritó el anciano.
Xin Yunshen, sin embargo, ya
no le escuchaba, y casualmente tocó una pieza de plata y se la lanzó:
- Sin embargo, debido a que
eres tan dedicado, este trozo de plata será tomado como tu dinero duramente
ganado.
El anciano pensó que no tenía
ninguna esperanza de conseguir dinero, pero de repente recibió una ganancia
inesperada, aunque no de cincuenta taeles, pero sí suficiente para gastar
durante un tiempo. Tomó el dinero y volvió a sentarse con una sonrisa en la
cara.
- Shao xiá tiene la
mirada aguda, con la capacidad de reconocer a la gente y un corazón
caballeroso. Llevo mucho tiempo vagando por el jianghu, pero nunca he visto a
un joven tan apuesto como usted. – El sucio anciano arqueó la mano y le hizo un
cumplido: -¿Puedo saber el nombre del joven guerrero?
- Secta de la Espada Qingfeng,
Xin Yunshen.
Para entonces, la comida ya
había sido servida, a Xin Yunshen ya no le importaba el anciano y sólo se
centraba en servir atentamente la comida para Gao Fang, como un gran perro que
mueve la cola.
Gao Fang estaba dubitativo,
pero cuando terminaron de comer rápidamente y regresaron a su habitación, se
sentó en una silla con los brazos cruzados y enarcó las cejas:
- ¿No tiene nada que decir, Xin
gōngzǐ?
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