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Capítulo 19: Partir


El clima es caluroso en el sur y, aunque no hace tanto calor como el verano de Xirong, todavía es fácil sudar después de permanecer al aire libre durante mucho tiempo.

Jiang Ci practicó un set de boxeo en el patio y rompió a sudar. Después de bañarse y vestirse, una pequeña caja de frutas heladas ya estaba preparada en el escritorio del estudio.

El boxeo fue enseñado por Chu Li como una forma de mantenerse fuerte y saludable. Las frutas fueron traídas desde el norte con gran esfuerzo por Chu Li y transportadas a toda prisa en caballos desde el norte, entregándolas diariamente al palacio Yongning. Pero temiendo que Jiang Ci sufriera malestar estomacal si comía demasiado debido al clima cálido, Chu Li le pidió específicamente a Qing Yin que supervisará que solo pudiera comer una caja pequeña a la vez.

"Esta baya es una fruta de arena exclusiva del Norte. ¡Aún estaba congelada cuando la entregaron! Su Alteza llega justo a tiempo para comerla" Qing Yin parecía seria, como si Chu Li la hubiera sobornado.

La pequeña fruta era redonda y roja, con unas gotas de agua cristalina colgando, sólo con imaginarlo se podría percibir cuán agridulce y refrescantes debían ser.

Los ojos de Jiang Ci se posaron en ellas, y lo que se reflejaba en las frutas rojas y translúcidas era el rostro hermoso y pícaro de su dueño.

No se habían visto desde hace tres días, después de que Chu Li irrumpiera en su recamara por la noche, lo presionara sobre la cama y lo besara apasionadamente sin previo aviso.

Al principio, Jiang Ci estaba muy enfadado, molesto porque Chu Li finalmente había revelado su verdadera naturaleza y ya no podía fingir más. Sólo después de unos días de calma recordó que Chu Li tenía prisa aquel día y parecía tener algo que decir, pero estaba tan enfadado que le echó. Después de eso, Chu Li no volvió a entrar en palacio, por lo que no tuvo ocasión de preguntarle.

"Su Alteza, ¿no le gusta esto? ¿Le doy algo más?" Qing Yin vio que Su Alteza solo miraba, pero no comía, así que pensó que a él no le gustaba.

"No es necesario" Jiang Ci levantó la mano para tomar una, se lo llevó a la boca y le dio un mordisco.

El jugo es ácido, dulce y refrescante, refrescando el corazón.

"Esta fruta es muy deliciosa. Si hay excedentes en el palacio Yongning, también deberías enviar algo al salón de asuntos estatales para que el padre emperador lo pruebe. Por cierto, ayúdame a buscar al hombre que trajo esto, tengo algo que preguntarle.”

"No es necesario que te pongas nervioso, este príncipe solo quiere hacerte algunas preguntas".

"Sí, sí..." La pequeña figura estaba encorvada, haciéndolo parecer aún más humilde. Ha sido responsable del transporte matutino de frutas y verduras fuera del palacio durante muchos años, y cada vez solo las entrega en la puerta pequeña. Esta es la primera vez que ingresa al palacio, y también es la primera vez que se reunió con los nobles en el palacio. ¿Todas las personas en este palacio... parecen hadas celestiales?

"¿Eres responsable de todos los frutos que vienen del Norte?"

"Sí, soy un plebeyo".

"¿Lo que es enviado al Palacio Yongning todos los días es el elegido por el Regente del Reino del Norte?"

"Sí, sí... antes, su majestad venía aquí temprano en la mañana para seleccionarlo él mismo. No sé por qué no vino estos últimos días, pero envió especialmente a alguien para que recogiera los más frescos y los enviara al Palacio Yongning. ¡Las más pequeñas son los mejores!” Las piernas arrodilladas del hombre no dejaban de temblar, temiendo haber cometido un error y ofender a los nobles del palacio, ¡lo que sería un error fatal!

El hombre respondió las preguntas con nerviosismo y todavía estaba confundido cuando salió del palacio después de recibir la recompensa.

Jiang Ci se sentó frente a la mesa con una expresión normal, golpeando la mesa con los dedos de vez en cuando, revelando su inquietud con cada golpe.

Después de varias indagaciones, Jiang Ci pudo finalmente determinar que las frutas que eran enviadas al Palacio Yongning ininterrumpidamente todos los días eran en su mayoría las fachadas que Chu Li usaba para decirles a los demás que aún estaba en las Tierras del Sur, para que no sospecharan que él mismo ya se había ido al reino del norte debido a algún asunto inevitable.

Al final, ¿qué ocurrió para que tuviera que marcharse en secreto?


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