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¡¡LEE ESTO PRIMERO!!

Capítulo 105


Antes, esa persona siempre estaba a mi alcance

Xiao Shitou se había aferrado a Jun Shuying desde que llegó a la posada. Nació para ser el más cercano a Jun Shuying, y después de estar separado durante tanto tiempo esta vez, no podía apartar los ojos de su padre y tendría a buscarlo por todas partes cuando no lo sostenía.

Jun Shuying no quería que la gente de Qing Lang le viera, y ahora que sabía que la posada estaba bajo la dirección de este, no tenía ánimos para quedarse más tiempo. Utilizó algunos trucos para evitar la vigilancia de los guardias de la sombra, y se llevó a Gao Fang con él para salir en secreto.

Los tres caminaron sin rumbo fijo durante unos días hasta que Gao Fang sugirió que deberían regresar a su residencia original y establecerse. El lugar fue construido por Chu Feiyang y siempre había sido relativamente reservado. Con los muchos enemigos de Jun Shuying, sería inapropiado que se quedara a la intemperie.

Al principio, Jun Shuying se mostró reacio, pero luego, sin saber lo que le había ocurrido, aceptó con gusto. Parecía incluso más apresurado que Gao Fang, e incluso más ansioso por regresar.

Los dos se llevaron a Xiao Shitou en su viaje a casa. En el camino, escucharon muchos rumores y chismes que habían estado circulando en el jianghu recientemente.

Lo que había hecho Jun Shuying había enfurecido al mundo del Wulin en las Llanuras Centrales. Aunque no hubo derramamiento de sangre, el odio fue aún mayor que eso. En particular, algunas sectas famosas siempre se habían tenido en alta estima, pero ninguna de ellas había sobrevivido al período de diez días de Jun Shuying, y todas se habían inclinado ante este. ¿Cómo podían esas sectas, que siempre se habían tenido en alta estima, darse por vencidas tan fácilmente? Además, aparte de la Secta de la Espada Qingfeng, también había un pequeño grupo desconocido que persistió hasta el final. Un grupo de rebeldes sin talento los había superado en términos de ética y rectitud, lo que les hizo perder la cara. ¿Cómo podían tragarse esa ira? Todos estos viejos y nuevos rencores fueron puestos naturalmente en la cabeza de Jun Shuying.

El odio amargo del mundo del Wulin de las Llanuras Centrales por Jun Shuying hizo que Gao Fang sin duda se preocupara de que se levantaran y lo atacaran. Si ese día llegará, Jun Shuying nunca estaría tranquilo. El peor resultado sería que tendría que vivir para siempre escapando y no tendría un momento de paz.

Gao Fang sabía que él solo no podría proteger a Jun Shuying. Pero no quería que Jun Shuying volviera a la secta Tianyi. Si no, ¿no acabaría volviendo al principio?

Jun Shuying finalmente había cambiado. ¿Cómo podía permitirle volver al pasado?

Si ese fuera el caso, entonces, ¿cuál fue el punto de todos los esfuerzos de Chu Feiyang, todas las cosas por las que estuvo dispuesto a morir, todas las cosas que le había dado a Jun Shuying a cambio de su vida?

El hombre que tenía la capacidad de proteger a Jun Shuying de todo y era tan fuerte como los dioses... hace tiempo que se había convertido en un montón de huesos muertos inútiles, que el viento y la lluvia soplaban, y las hormigas comían.

Así son las cosas en el mundo. No importa cuán altas fueran las habilidades de las artes marciales en la vida, no importa cuán legendarios fueran los maestros, la gente solo podía mirarlos y nunca verlos, no podían resistir la muerte que los dejaba pudriéndose lentamente en el polvo...

Gao Fang no querían pensar en eso de nuevo.

Y Jun Shuying, inclusive si había escuchado los rumores, miraba el cielo y no sabía en lo que estaba pensando, Era como si no fuera el que querían matar y luego cortar en pedazos.

Los dos pronto regresaron al elegante y aislado patio.

Cuando se fueron, pensaron que nunca regresarían. Ahora que estaban aquí, se dieron cuenta de que había algo que extrañaban. Era como si finalmente hubiera regresado al lugar donde se llamaba hogar durante tanto tiempo y estaban tan cansados.

Jun Shiying nunca había sentido que hubiera un lugar al que volver en el mundo y que fuera algo tan agradable.

Alguien cerró cuidadosamente la puerta del patio. La cerradura de bronce aún era nueva y colgaba silenciosamente de la puerta.

Jun Shuying desmontó de su caballo, caminó hacia la puerta del patio, extendió la mano para agarrar la cerradura, la acarició con cuidado por un momento y con un poco de esfuerzo la arrancó.

“Maestro...” Gao Fang también saltó de su caballo y se acercó detrás de Jun Shuying. Jun Shuying desató a Xiao Shitou de su espalda y se lo paso a Gao Fang, abrió la puerta de una patada y desapareció dentro de la puerta del patio en un instante.

Gao Fang tomó al niño asustado, que estaba llorando, en sus brazos y le hizo mimos, luego siguió a Jun Shuying urgentemente.

Jun Shuying atravesó el patio mirando las habitaciones, abriendo las puertas de cada habitación, una por una, dejando abiertas todas las habitaciones que no habían visto la luz del día durante mucho tiempo.

A medida que cada habitación desocupada estaba expuesta a la luz del sol, sus pasos se volvieron cada vez más apresurados desde el ritmo pausado inicial. Su rostro fruncido lentamente adquirió una expresión de urgencia, incluso de pánico.

Tres o cuatro patios seguidos, todos desiertos y polvorientos, los árboles y las plantas de los jardines se marchitaron, revelando su decadencia y desolación. Era como si la vivienda brillante y ordenada que recordaba hubiera sido abandonada por su dueño, abandonada por las malas hierbas, ratas y hormigas.

No fue hasta que pasó por otra puerta que entró a un patio. El paisaje familiar frente a él hizo que Jun Shuying se sintiera aturdido por un momento, antes de recordar que este era el lugar donde solía vivir. Mirando a su alrededor, había una mesa baja debajo de un árbol en el medio del patio, sobre la cual se colocó un tablero de go, con algunas piezas en blanco y negro esparcidas por el tablero. Se colocó una taza de té sobre la mesa, y el té se había oscurecido hacía mucho tiempo con algunos escombros no identificables flotando en él.

Los ojos de Jun Shuying se iluminaron y una pizca de alegría cruzó su rostro. Dio unos pasos hacia el tablero y tomó una ficha la fina ceniza manchando sus dedos. Mirando a su alrededor, vio que no había otro lugar donde se pudiera encontrar gente.

Una hoja seca cayó de una rama por el viento y aterrizó en el suelo con un aleteo.

Jun Shuying extendió la mano para atraparla. El toque en su mano era ligero y frágil, y con un poco de fuerza, se rompió en pequeños pedazos. No sabía por qué, pero en ese momento, de repente sintió una pesada sensación de impotencia y perdida en su corazón.

Era la sensación de querer agarrar algo, tocar algo, pero solo había un vacío interminable frente a ti.

(N/T: Vaya, que lo he sentido en este casi año de su ausencia...)

Antes, esa persona siempre estaba a mi alcance. Ahora, cuando extiendo la mano, solo el viento frío se escapa de mis dedos.

De repente se oyó un débil sonido detrás de él. La mano de Jun Shuying, que sostenía la ficha de go, estaba fuertemente presionada y se dio la vuelta, y el nombre que estaba en sus labios casi salió.

"Maestro, soy yo". Lo que apareció frente a él fue el rostro triste e indefenso de Gao Fang.

Gao Fang miró el tablero detrás de Jun Shuying, y después de una pausa, dijo: "Yo puse esas cosas. Cuando vine a recoger a Xiao Shitou hace tiempo..."

Jun Shuying asintió con la cabeza, el indicio de fluctuación en su rostro había estado oculto hace mucho tiempo, y su voz era normal cuando habló: "Primero, limpia este lugar completamente. Los tres nos quedaremos aquí por el momento... "

Gao Fang miró a Jun Shuying y quiso decir algo, pero al final, no dijo nada y fue a encargarse de la residencia.

...

NOTA DE AUTOR:

El patio de la casa del guerrero es tan grande, ¿por qué quieren que Gao Fang y él se aprieten en un solo lugar? La pureza del Líder no es un problema.

NOTA DE TRADUCTORA:

Arrepentimientos... eso duele más que nada.


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